Las críticas en las redes de la exembajadora en Londres y en Caracas durante el kirchnerismo, Alicia Castro, al canciller Felipe Solá podrían costarle el puesto que iba a ocupar en Moscú.
Según indicó La Nación, el pliego de su designación, que depende del Senado, está frenado, y por ahora no hay fecha cierta para que la diplomática se instale en la capital rusa.
El presidente Alberto Fernández busca evitar el ruido en su política exterior y el cuestionamiento de Castro a Solá en Twitter por calificar a la administración de Nicolás Maduro como "autoritaria" no cayó bien en la Casa Rosada.
“Despues de las aclaraciones de Alberto Fernández es llamativo que el Canciller siga machacando contra Venezuela. Sería oportuno que se exprese contra la proscripción y condena de Correa en Ecuador, el Gobierno de facto de Bolivia que posterga elecciones, la situación de Chile y de Brasil”, escribió Castro después de una entrevista de Solá en radio La Red.
Según Infobae, Castro tampoco ahorró criticas cuando el Gobierno respaldó la denuncia de Michelle Bachelet sobre la sistemática violación a los derechos humanos en Venezuela.
Además, temen que su afinidad con el régimen bolivariano genere malentendidos con Vladimir Putin, aliado de Venezuela, cuando el Gobierno intenta adoptar una postura equidistante en la crisis venezolana.
La diplomática, que es cercana a la vicepresidenta Cristina Kirchner, fue postulada a principios de año para ocupar el cargo de embajadora de Rusia, y suceder a Ricardo Lagorio, nombrado por Mauricio Macri.
En Febrero, el Presidente la recibió en su despacho despacho de la Casa Rosada y posaron juntos para una foto. Pero desde entonces, Castro sigue sin pasaje para Moscú.