El principal responsable del jueves negro que tuvo el Gobierno en el Senado fue el propio Gobierno. Ahora solo queda por delante recomponer la relación con los gobernadores más afines para que respalden los vetos que dictará Milei.
Quienes se ocupan de esa tarea tienen una fecha estimada. El trabajo no es sencillo.
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Fue el Ejecutivo el que hizo oídos sordos a los reclamos de todos los mandatarios del país para obtener más fondos.
Fue Milei quien, un día antes de la sesión, afirmó que “todos” ellos quieren garantizar su propio poder y romper al Gobierno nacional, así como también afirmó que los legisladores son una “constelación de hijos de p...”.
Y también fue el Gobierno quien le exigió a los mandatarios provinciales que le entreguen los principales lugares en las listas provinciales para hacer una alianza. Ante la esperable negativa de la mayoría de ellos, LLA armó listas propias que compiten con los oficialismos provinciales.
Milei puso la bandeja y el mismo se sirvió un plato indigerible.
El Presidente tiene una explicación muy válida: no afectar el equilibrio fiscal. Pero los gobernadores tienen otras explicaciones. Varios de esos mandatarios, inclusive los más cercanos a la Casa Rosada, dicen estar “cansados de conversar y de que el gobierno no cumpla” y aseguran que el Gobierno “los compromete para llevar adelante grandes proyectos, pero en realidad busca ganar tiempo”.
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Por eso, Guillermo Francos, el jefe de Gabinete que siempre remarca que los gobernadores “no son todos iguales”, no tuvo éxito cuando el jueves intento convencer a varios mandatarios de que votaran en contra de la mayoría. Y tampoco lo tuvo Lule Menem cuando hizo él mismo trabajo.
Los números que Milei necesita para respaldar sus vetos
El gobierno necesita abrir un canal de negociación para recrear un grupo de héroes que le permita, una vez que Milei vete las leyes, respaldar esos vetos.
Diputados tiene 257 integrantes y el número de bloqueo (un tercio) equivale a 87 legisladores. El Ejecutivo ahora no controla más de 60. En tanto, el Senado tiene 72 integrantes y el número mágico es de 25.
Ayer las leyes se aprobaron -salvo la moratoria previsional- con más de 50 votos.
Por eso, Milei corre el riesgo cierto de que el Congreso rechace sus vetos.
Los negociadores de Milei creen, sin embargo, que el próximo receso del Congreso le da tiempo hasta mediados de agosto para volver a reunir esos apoyos.