Después de que la Corte Suprema ratificara la condena por la Causa Vialidad, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner tiene cinco días hábiles para presentarse ante la Justicia.
Su defensa ya entregó un escrito ante el Tribunal Oral Federal 2 para pedir que cumpla la pena de seis años en prisión domiciliaria. El lugar elegido es el semipiso de su hija Florencia, en el barrio de Constitución.
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Se trata de un departamento del segundo piso ubicado en la calle San José al 1111, a pocas cuadras de la Plaza Congreso. Un edificio antiguo, elegante, con techos altos, paredes de mármol, pisos de pinotea y una puerta de hierro negra que marca el ingreso.
Por dentro, el inmueble conserva detalles de época y cuenta con cuatro dormitorios -uno de ellos en suite- cocina comedor, dos baños completos, toilette, lavadero, y una habitación de servicio con baño en la planta alta.
La propiedad fue comprada en 2015 por Florencia Kirchner al exsecretario de Cultura Jorge Coscia por unos 300.000 dólares. En ese entonces, la mudanza se hizo con apoyo logístico del Estado, con camionetas oficiales llevaron los muebles desde Olivos y empleados de la residencia presidencial se encargaron de dejar todo listo.
Desde entonces, Florencia vivía allí con su hija y solía recibir la visita de su madre. El semipiso tiene 191 metros cuadrados y está valuado actualmente en cifras similares, según registros inmobiliarios.
En el entorno inmediato conviven turistas que recorren el casco histórico con los problemas típicos de una zona caliente de la Ciudad: robos, venta de drogas y prostitución, según denuncian los vecinos.
En ese contexto, el despliegue de seguridad en el edificio es habitual y custodios de civil se turnan para vigilar la entrada.
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Si la Justicia acepta el pedido de prisión domiciliaria, ese departamento de Constitución podría convertirse en el nuevo epicentro político y judicial del país. La expresidenta, encontrada culpable de direccionar obras públicas a favor de Lázaro Báez, podría enfrentar desde allí su condena.
