El enchastre de la jueza Julieta Makintach, la empanada-gate y la crucifixión de Javier Milei a Jorge Macri en la casa de Dios escenifican el melodrama. La Argentina del grotesco y el rebote. Desde un outsider en la Casa Rosada por el fracaso de la política hasta una modelo de la familia judicial que llegó de chiripa al tribunal del caso Maradona, gracias a las irresueltas vacantes en la Justicia.
Ahora la provincia de Buenos Aires es más que nunca una tierra de desamor y venganza. Lo increíble: el desenlace de las elecciones puede esconderse en una variable incontrolable, de la que advirtió Cristina Kirchner. Axel Kicillof acaba de desafiarla en un acto en La Plata. La estrategia es clara: la defiende del embate judicial, pero la deposita en el pasado. Siembra vientos de cambios y acechan tempestades.
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Inseguridad jurídica y política. Milei sonrió de alegría cuando recibió el mensaje amistoso de Mauricio Macri. Era más que la rendición después de la paliza en CABA. El encono con el expresidente es de Karina Milei y Santiago Caputo. La hermana de hierro quiere conquistar la Ciudad de Buenos Aires con Manuel Adorni en 2027. El Presidente ordenó apurar las conversaciones con Cristian Ritondo por el armado de las listas en PBA. Sebastián Pareja, los ojos bonaerenses de Karina, acaparó las conversaciones con los amarillos y el jueves visitó a Patricia Bullrich en el ministerio de Seguridad.
Hay ruido en el bullrichismo. “El PRO que busca capitalizar Ritondo no es todo de él. En el bloque, diez diputados son de Patricia”, dicen cerca de la ministra. También hay tironeos maritales internos. Gerardo Milman quiere reelegir en el Congreso y su mujer Florencia Retamoso en la Legislatura. Lo mismo pasa con Diego Valenzuela, que quiere ir en las listas, y también su pareja, la senadora provincial Daniela Reich.
“Esto tensiona hacia adentro del bullrichismo porque cuatro es mucho en un escenario tan limitado. Uno para cada pareja, esa es la directiva”, advierten.

La pelea por las listas entre La Libertad Avanza y el PRO
Karina Milei quiere que los pesos pesados del PRO encabecen las listas seccionales del 7 de septiembre: Diego Santilli, en la Primera, y Guillermo Montenegro, en la Quinta, por ejemplo. Los invitados al banquete celestial huyen despavoridos. Santilli quiere ser gobernador y la Legislatura bonaerense sería el ostracismo. “La verdad, no queremos saber nada. Preferimos la lista de diputados nacionales”, admiten.
De 15 lugares expectantes, Karina Milei accedería a darles tres al PRO. Encabezaría José Luis Espert y Santilli podría ir tercero debajo de una mujer. Alejandro Finocchiaro completaría el cupo amarillo, sobre todo por los gajes de gladiador que supo demostrar en el Congreso. “Santiago siempre jugó a nuestro favor”, dicen para meter cuña en la interna libertaria entre los karinos y las Fuerzas del Cielo.
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El asesor con poder in pectore escondió aún más el perfil, pero hace tres semanas mantuvo encuentros secretos por el armado en la provincia de Buenos Aires. Uno con Ritondo y otro con el radical Maximiliano Abad para confluir en las listas del 7 de septiembre. Pareja escatima por ahora una reunión al senador de la UCR.
El intendente de San Nicolás, Santiago Passaglia, primereó con el artilugio que algunos intendentes barajan: lista corta para defender la elección local más allá de las garras de Milei y Cristina Kirchner.

Los nombres de CFK y Kicillof para las secciones
El desdoblamiento lo hizo. La idea de jugar estrellatos en las seccionales la inauguró Cristina Kirchner cuando dejó trascender que ella encabezaría la lista por la Tercera y Sergio Massa, por la Primera. Es el piñón de la presidenta del PJ para forzar una negociación con el desafiante Axel Kicillof. El Gobernador también quiere jugar fuerte en las secciones: Verónica Magario, en la Tercera; y Gabriel Katopodis, en la Primera.
Kicillof sacó músculo con el lanzamiento del Movimiento derecho al futuro, una alternativa antiMilei “amplia y plural para pensar el futuro”. Máximo Kirchner orejea cuándo convoca al PJ bonaerense. La reacción de La Cámpora llegará el martes en el Senado: no quieren tratar como habían prometido la tanda de jueces que esperaban ansiosos aliados del Gobernador. La otra tanda -unos 130- fue aprobada el mismo día que era suspendida la jueza Makintach que llegó al tribunal del caso Maradona por el cúmulo de vacancias en el poder judicial.

El pasado de Makintach y un silencio intrigante
Sí, la Justicia es divina, como el título del documental del bochorno. Makintach ascendió a jueza en 2017. “Era secretaria del juez Rafael Sal Lari y una pieza del sistema judicial. Amiga de Fernanda Nuevo, de Gustavo Posse. Empujada por todos los colegios en 2016, en el gobierno de María Eugenia Vidal y el ministro Gustavo Ferrari”, responden en el massismo cuando intentan endosarle responsabilidad en la designación. Del otro lado, niegan: “El aval llegó del Consejo de la Magistratura”.
Ego y omnipotencia es un combo explosivo. A confesión de parte..."Me pareció que este juicio merecía, porque la sociedad lo iba a esperar, que el Poder Judicial le rindiera cuentas de su trabajo, que explicara qué hace y cómo lo hace”, dice la jueza en el documental. Cualquier semejanza con la realidad no es pura coincidencia.
El mentor de Makintach, el juez Sal Lari, fue suspendido en 2012 porque mantuvo preso durante siete meses a un imputado que había sido excarcelado. El escándalo tuvo una salida salomónica: se cayó el jury y después renunció.
Ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados bonaerense, Sal Lari explicó que la orden de libertad fue confeccionada y despachada por la secretaria del juzgado, y que fue recibida por la Policía. La secretaria era Makintach. La Suprema Corte le aplicó una sanción disciplinaria de 15 días por no controlar la diligencia.
Un silencio denso la protege desde el viernes. “Hay que esperar”, decían en los tribunales de La Plata. El procurador Julio Conte Grand solicitó el jueves a la Fiscalía de Cámara de San Isidro la causa del escandaloso documental y pidió a la Corte las filmaciones del juicio por la muerte de Diego Maradona. La jueza, como su ex jefe, se mece entre la renuncia y el jury.
El Gordo Dan (Daniel Parisini) aprovechó el rating para llevar agua a las redes. “Maradona es Milei” tuiteó y lo cruzó Dalma: “Qué hacés. Sacá eso, ya”. Dan y Dalma, cero corazón. Se dijeron de todo. Como pasó con Darín y el precio de la empanada. Un repulgue de ataques y agresiones.
Milei aceleró: “Reflexión semanal. Si todo el debate público actual gira en torno a mis modos, las peleas en X del Gordo Dan y Dalma Maradona sobre la visión de Dieguito Fernando y las empanadas de sapo de Ricardito, a la luz del quilombo que heredamos, todo esto indica que vamos muy bien. TMAP (Todo marcha de acuerdo al plan)”.
El conflicto del Garrahan pinchó la burbuja libertaria de inflación controlada y dólar barato. “Esto es un punto final. Trabajo a la mañana, a la noche. No podemos más. Esta es una lucha entre todos”, advirtió una residente. En los 90, eran los contratos basura, ahora los sueldos basura. Pero, Milei apuntó al kirchnerismo por “los ñoquis”. "Cuando usted desactiva el curro, lo acusan de insensible“, dijo.
La agresión escala. El cura “Paco” Olveira y la libertaria conversa Leila Gianni protagonizaron un duro cruce en A dos Voces. Cuando terminó el debate, el detrás de escena fue terrible. Alto voltaje.
Como dice Brice Parain, del mismo modo en que tratamos a la lengua nos tratamos a nosotros mismos.
En 2005, Ivonne Bordelois escribió el ensayo “El país que nos habla”: “Aun cuando ha sido posible, lamentablemente, acorralar los ahorros de los ciudadanos argentinos y los planes de porvenir que con ellos se relacionaban, el acorralamiento de la lengua y de la cultura solo puede realizarse con la complicidad y el consentimiento de la ciudadanía, que en este sentido es perfectamente responsable de lo que pueda ocurrir”. Y sigue: “Humillados y atropellados, como nos hemos sentido, desfondados en nuestra propia dignidad y autoestima, descorazonados en nuestras legítimas esperanzas, los argentinos no hemos perdido, con todo, la esperanza de reconstruir una identidad no vergonzante. Aun amenazado y acorralado por los mercaderes de opio que se multiplican por el planeta, es un don y un bien inalienable que está siempre disponible y abierto a nuestra voluntad de rescate y de restitución”.
La variable “Santa Rosa” de la elección bonaerense
Cristina Kirchner instaló la idea de derrota del peronismo por el desdoblamiento que dispuso el Gobernador. Ya no pide la unificación de las elecciones. “Hace 16 años que no ganamos las intermedias y perdimos cinco de las últimas seis. Solo ganamos las de 2005. Lo que quieren es echarle la culpa a Axel por si se pierde”, retrucan cerca del Gobernador.
Así como el PRO bonaerense se une a La Libertad Avanza para ocultar su impotencia, la división del PJ sería funcional para una derrota disimulada. Daniel Scioli puede dar fe y esperanza de cómo La Cámpora le jugó en contra en la presidencial de 2015. Kicillof, que quiere ser presidente en 2027, no quiere repetir la historia de Alberto Fernández, pero tampoco la de Scioli. Ese es el temor del Gobernador.
La expresidenta y Kicillof no se hablan hace un año. CFK le mandó decir que contrate pronosticadores del tiempo en vez de encuestas: “La provincia no aguanta una lluvia más”. Mal augurio. El calendario electoral del 7 de septiembre coincide con la tormenta de Santa Rosa. Qué coincidencia.
Quizá todo se reduzca a mini peleas de parcelas y que Cristina Kirchner pueda decir sentada sobre la Tercera: “Yo gané”. Una reversión de la mesa de Necochea.
¿Otra coincidencia? El fin del misterio, de si prima la unidad o no, será al filo del cierre de las alianzas, el 9 de julio, el Día de la Independencia.