Los gobernadores Axel Kicillof (Buenos Aires), Raúl Jalil (Catamarca), Ignacio Torres (Chubut), Sergio Ziliotto (La Pampa) y Maximiliano Pullaro (Santa Fe), con matices en sus críticas al presidente Javier Milei, coincidieron en la idea de impulsar una nueva reforma fiscal, ante la creciente preocupación que les genera el impacto sobre los fondos coparticipables que podrían generar los cambios en la distribución federal del IVA que prepara el ministro de Economía, Luis Caputo.
Aunque no dieron detalles, el planteo de los mandatarios provinciales es elaborar una reforma fiscal para que sea debatida en el Congreso, con el objetivo de aliviar la presión impositiva sobre el sector productivo y defender el federalismo. La representación parlamentaria de las distintas jurisdicciones podría ser clave para que la iniciativa avance antes de las elecciones legislativas o se trabe si cambia la correlación de fuerzas.
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El esbozo de la idea está sobre la mesa, con eje en las retenciones en el Impuesto al Cheque (que no es coparticipable), pero podría tomar volumen a partir de la coincidencia entre gobernadores de distinto signo político, más allá de las diferencias sobre cómo vincularse con Casa Rosada. O podría diluirse si los cambios que elabora Caputo convencen a los más cercanos al Gobierno de Milei.
En ese contexto, la novedad es que gobernadores dialoguistas y opositores duros podrían encontrar puntos de acuerdo, incluso con el calendario electoral corriendo. Ya probaron que cuando unen fuerzas pueden bloquear un proyecto del Gobierno nacional, como lo hicieron con la primera versión de la Ley Bases.
Reforma fiscal: un reclamo que se acelera ante posibles cambios en el IVA
Según explicó Caputo, la idea de cambiar la distribución del IVA es que la Nación se quede con un 9% del 21% que se recauda, y que sobre ese piso cada provincia defina un porcentaje para sumar, promoviendo la competitividad. Sostiene que cuanto menos suba ese número, mayor será la radicación de empresas en esa jurisdicción. Algo así como sucede con Ingresos Brutos.
Más allá de que los gobernadores de todas las provincias pusieron a sus equipos económicos a analizar el impacto de esta iniciativa, se encendieron luces de alerta y la búsqueda para una salida alternativa.
“Es el momento de sentarnos todos los gobernadores, el Gobierno nacional e incluso los intendentes para acordar medidas que alivien la presión fiscal sobre el sector productivo. Y si la Nación no convoca, tenemos que hacerlo nosotros. Dejemos de pelearnos y pongámonos de acuerdo en una política tributaria que incentive la producción”, dijo Frigerio.
El entrerriano no disimuló sus diferencias con Kicillof respecto de las críticas a Milei, pero planteó la necesidad de “aliviar tensiones y superar dicotomías”. “Recogemos el guante para avanzar en una política tributaria menos regresiva y que apunte a mejorar la competitividad
Torres se sumó al pedido del anfitrión del encuentro. “Somos un país federal en los papeles, pero con asimetrías muy profundas en materia económica, social, educativa y de infraestructura, con una matriz fiscal que es profundamente regresiva, distorsiva y centralista”, afirmó.

“Tenemos la posibilidad de dar esta discusión en el ámbito que hay que darla, que es en el Congreso, y por eso hablo por la gran mayoría de mis colegas al decir que estamos dispuestos a trabajar por una reforma fiscal que nos lleve hacia una Argentina más justa y que le quite el pie de encima a la producción y al trabajo”, agregó el mandatario chubutense.
Al respecto, dijo que esta es una “discusión que se va a dar”, en la que los gobernadores tienen que “ser vinculantes”. “Invito todos los colegas y funcionarios a que seamos parte de esta discusión tan importante que es una reforma fiscal, para ir de una vez por todas y para siempre hacia una Argentina verdaderamente federal”.
Pullaro coincidió en la necesidad de marcar “una agenda federal para discutir los temas importantes como la producción”, alertó que “la industria necesita que se bajen los costos operativos y de la logística para ser más competitiva en el mercado internacional” y cuestionó el centralismo: “Siento que a veces la Argentina mira al interior federal como un botín para que aporte recursos que no vuelven”.
A diferencia de los dialoguistas, Kicillof criticó duramente a Milei, pero acercó posiciones respecto de la agenda federal. “Pararnos en el presente es pensar cómo fortalecer nuestro sistema productivo y buscar los acuerdos que nos permitan el desarrollo de una Argentina federal a largo plazo”, afirmó.
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Ziliotto destacó que “no hay desarrollo armónico sin producción y trabajo” y que “no hay igualdad de oportunidades sin federalismo” y coincidió con el resto de los gobernadores en la necesidad de “discutir una eventual reforma tributaria, pero poniendo como base el desarrollo federal de la Argentina”. “Quiero hablar de coincidencias porque estamos cansados de empezar por las disidencias”, reforzó el pampeano.
“Creemos que la política, cuando se discute sobre los temas que estructuran el desarrollo, tiene muchos más puntos de encuentro que de desencuentro. Por eso que hoy estén gobernadores de distintos partidos pensando en el mediano y largo plazo es una buena noticia para la Argentina”, completó en la misma línea Ignacio Lamothe, presidente del Consejo Federal de Inversiones (CFI), convocante del encuentro.