Con la interna bonaerense encendida, Cristina Kirchner intenta, sin éxito, ordenar el Partido Justicialista en el resto de las provincias. Tiene el foco puesto en las dos que eligen gobernador (Corrientes y Santiago del Estero) y en las ocho que renuevan senadores, pero la pelea por los desdoblamientos y las listas y las intervenciones del partido en varias jurisdicciones dividieron al peronismo en las que adelantaron las elecciones.
Además, las crecientes tensiones con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, alejan cada vez más la posibilidad del PJ de alcanzar un acuerdo en la provincia bastión del kirchnerismo y lo dejan a un paso de la fractura. El escenario entusiasma al presidente Javier Milei.
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Sin embargo, la amenaza de prisión que pesa sobre la expresidenta y el hecho de que en las últimas horas la fogonearon el Presidente y funcionarios del Gobierno de La Libertad Avanza podrían lograr lo que la dirigencia no pudo: encolumnar a las distintas fracciones del peronismo detrás de la figura de Cristina Kirchner.
Peronismo intervenido y enfrentado
En el peronismo hay una máxima que nadie discute: presentarse a elecciones unido amplía las chances de ganar, incluso en distritos hostiles, como la Ciudad de Buenos Aires. Ir divididos puede implicar una dura derrota. Años de elecciones acumuladas dan certezas a esa idea, pero también de que en épocas de reorganización, la unidad es casi un imposible.
Más allá de las bancas en juego y de la nueva correlación de fuerzas en el Congreso nacional con el que Milei deberá negociar, las votaciones legislativas de este año marcarán un nuevo mapa político y serán la antesala de las elecciones de 2027.
El objetivo de mínima del peronismo es retener las 46 bancas que renueva en la Cámara de Diputados y las 15 del Senado, una posibilidad cada vez más lejana en el escenario actual. Además, así como Karina Milei apela al purismo en las filas de LLA, Cristina Kirchner también quiere afinar el lápiz en busca de leales, para evitar nuevas fugas en los bloques peronistas, pero en algunos distritos crecen los cuestionamientos a su liderazgo, que amenaza con expulsar a los que “traicionan” el legado.
La presidenta del PJ intervino el peronismo en Misiones y Salta y prorrogó la intervención en Jujuy bajo el argumento de que los diputados de esas provincias elegidos por las boletas de Unión por la Patria vienen votando alineados con los intereses de Milei. Los interventores designadores fueron Sergio Berni y María Luz Alonso, en Salta, y Gustavo Arrieta y Máximo Rodríguez, en Misiones.
La decisión de intervención tensó las internas en esas y otras provincias. Pero también la forma en la que Cristina Kirchner se quedó con la presidencia del partido, frente al gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela.
Crecen las divisiones dentro del peronismo
Si bien las provincias que ya anunciaron que desdoblan solo elegirán de forma anticipada los legisladores de sus distritos, dejan al descubierto las divisiones internas que enfrenta el peronismo.
Santa Fe será la primera provincia en ir a las urnas este año. Los comicios serán el 13 de abril y el PJ se presentará con tres listas. Aunque se intentó un acuerdo para que Marcelo Lewandowski encabece, Roberto Sukerman y Juan Monteverde irán por separado. En ese contexto, los alfiles que responden al gobernador Maximiliano Pullaro son los que mejor se perfilan. Una buena noticia para Milei, que lo cuenta entre sus aliados.
Cuatro domingos después, el 11 de mayo, será un superdomingo de elecciones. Será el turno de Salta, una de las tres provincias en las que el PJ está intervenido y que en octubre elige senadores. Para las elecciones locales, habrá al menos tres listas: una que responde al gobernador Gustavo Sáenz, referenciado con Sergio Massa; otra del PJ que conduce Cristina Kirchner y otra cercana a Kicillof.

Ese mismo domingo elegirá Chaco, que también renueva sus tres senadores en octubre. El gobernador Leandro Zdero fue el primero en cerrar un acuerdo con LLA. Juntos enfrentarán al exmandatario Jorge Capitanich, que cuenta con el respaldo de Domingo Peppo y Gustavo Martínez. Pero para el peronismo el camino, lejos de estar allanado, tendrá enfrente a una lista de sello propio, encabezada por Atlanto Honcheruk.
En San Luis también habrá tres listas peronistas, además de la fracción que se fue con el gobernador Claudio Poggi, aliado con Adolfo Rodríguez Saá. Una de las listas de sello peronista será la referenciada con Alberto Rodríguez Saá, que enfrentará a Primero San Luis y el Frente por la Justicia Social.
Ese domingo también votará Jujuy, provincia en la que el PJ también se presentará con listas divididas. El Frente Justicialista, que responde a Cristina Kirchner, se enfrentará al espacio liderado por la senadora Carolina Moisés, una de las que dividió el bloque de UxP en la Cámara Alta y que judicializó la decisión de la presidenta del PJ de prorrogar la intervención del partido. Tiene muy buena relación con Kicillof. También podría surgir una tercera corriente, que terminará de definirse este martes, cuando cierre la inscripción de candidatos.
Un domingo más tarde, el 18 de mayo, serán los comicios en la Ciudad de Buenos Aires, en donde el peronismo logró un amplio acuerdo, pero no pudo sumar a las facciones que responden a Guillermo Moreno y a Juan Manuel Abal Medina. Si bien en el PJ confían en que -gracias a las opciones divididas de centroderecha- quedarán primeros en las votaciones del 18 de mayo, la proyección de algunos puntos que podrían arrastrar los candidatos de Principios y Valores y del Movimiento Evita quitan fuerza al potencial triunfo. CABA también elige senadores en octubre.
Misiones también adelantó las elecciones. El PJ intervenido tiene tiempo hasta el 8 de junio para presentar las alianzas, pero todo indica que nuevamente irá dividido. Por un lado, se presentará Carlos Rovira, del espacio del gobernador Hugo Pasalacqua, aliado clave de Milei en el Congreso. Enfrentará a al menos otras tres listas peronistas.