La derrota electoral de 2023 dejó secuelas en el peronismo y una interna feroz que no logra calmarse. Este lunes, Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof aceptaron la invitación de Máximo Kirchner a participar de la reunión del Consejo del Partido Justicialista bonaerense. Fue la primera vez que se los vio juntos desde el balotaje que ganó Javier Milei y, aunque muchos destacan el gesto camino a la unidad, no pudieron distender las tensiones.
La base en disputa se centra en las elecciones legislativas del año próximo. Por un lado, todos quieren tener prioridad a la hora de conformar las listas, pero tampoco hay acuerdo sobre cómo deberían realizarse en la provincia. Además, todavía hay pases de factura por la distancia que el gobernador tomó de su madrina política en los últimos meses.
Massa varias veces amenazó con pegar el portazo si no se lavan los trapitos sucios a puertas cerradas y sin los medios como espectadores. Lo volvió a pedir en el encuentro presidido por Máximo Kirchner.
Fiel a su estilo, el tigrense sostiene que trabajar por la unidad es indispensable en tiempos de reordenamiento partidario y mantiene diálogo permanente con todas las líneas internas. Por eso, tras 13 años de no participar de una reunión del PJ, este lunes fue a Moreno. Según pudo saber TN, porque entiende que “era un momento para construir unión y llamar a ampliar la unión”.
“Cuando hablamos de unidad, por supuesto que es unidad de los dirigentes, pero es unidad que contemple y tenga a todos los sectores que están sufriendo. Todos esos sectores tienen que estar en esa unidad”, dijo Kicillof una hora después de dejar el predio de Moreno, donde se había reunido con Cristina Kirchner y Massa.
Además, anticipó que en la provincia de Buenos Aires se va a crear un frente electoral para las legislativas del año próximo. “Nos estamos preparando para convocar a todos y todas para hacer un inmenso frente que represente una alternativa de futuro en la Argentina. La provincia de Buenos Aires va a estar resistiendo, pero también construyendo una alternativa de futuro”, explicó, mientras que los militantes cantaban “Axel, presidente”.
La pelea por la estrategia para las elecciones 2025
Basados en la experiencia de 2023, cuando la mayoría de los gobernadores adelantó las elecciones ante el miedo de ser arrastrados por una derrota presidencial que se proyectaba mayor a los resultados finales, Cristina Kirchner y Massa presionan para que en 2025 la convocatoria se mantenga concurrente, esto es de forma simultánea a las nacionales.
Sostienen que los cuatro puntos que le faltaron al tigrense para ganar en primera vuelta se hubieran conseguido si los gobernadores no desdoblaban las elecciones provinciales. El argumento fuerte es que, además, con esa estrategia el peronismo perdió la hegemonía en provincias clave y quedó en minoría frente a Juntos por el Cambio y las fuerzas provinciales.
El PJ se quedó con solo ocho distritos, pero en la pelea legislativa dos mandatarios se alinearon con Milei (el tucumano Osvaldo Jaldo y el catamarqueño Raúl Jalil), mientras que el salteño Gustavo Sáenz tomó distancia y se sumó a sus pares de fuerzas provinciales.
Así el número de gobernadores peronistas se redujo a cinco (Kicillof; Sergio Ziliotto, La Pampa; Ricardo Quintela, La Rioja; Gildo Insfrán, Formosa, y Gustavo Melella, Tierra del Fuego, aunque repite que no es peronista), la misma cantidad que Juntos por el Cambio tenía en 2023 y que elevó a diez para 2024.
Acostumbrada a tener la lapicera, la expresidenta presiona a Kicillof para que no cometa lo que ahora evalúan como un error de estrategia de la elección del año pasado, y cuenta con que un planteo similar de Massa, que cree que los bonaerenses deben pasar por ambas experiencias (la boleta única de papel y las boletas tradicionales) el mismo día para comparar cuál es la que prefieren.
Pero el gobernador bonaerense es quien define si llama a elecciones de forma simultánea a las nacionales o las desdobla. Esta vez tiene el poder y eso genera tensión puertas adentro del partido, sumado al malestar que provocó lo que consideran una falta de apoyo a Cristina Kirchner en su interna con Quintela para presidir el PJ nacional.
Pero más allá de las diferencias internas, hay una preocupación que todos comparten: la posibilidad de perder la provincia de Buenos Aires, bastión del peronismo y territorio desde el que creen que se tiene que catapultar el triunfo de 2025, como paso previo a las elecciones presidenciales de 2027.
También creen que deben enfocarse en las elecciones de senadores de todo el país, la cámara que sostienen que puede ponerle un freno a Milei en el Congreso, aunque hasta ahora, con la mayoría, el peronismo no pudo hacerlo.