La Argentina rechazó en las Naciones Unidas (ONU) el embargo económico que desde 1962 Estados Unidos le impuso a Cuba. De esta manera, la representación argentina se mantuvo en la misma posición histórica que el país tiene en los ámbitos multilaterales. Tas la asamblea, el presidente Javier Milei decidió echar a la canciller Diana Mondino.
La Asamblea General de la ONU aprobó por 32° oportunidad consecutiva una resolución que pide el fin del embargo. La Argentina estuvo entre los 187 países que votaron a favor, mientras que hubo dos en contra (EE.UU. e Israel) y una abstención.
Leé también: Milei defendió su plan económico y criticó a Raúl Alfonsín: “Fue partidario de un golpe”
Se había especulado con que la representación argentina podía votar, por primera vez en la historia, en contra de la resolución acompañando a su aliado Estados Unidos e Israel.
En mayo ya se había dado un fuerte giro en materia de política exterior cuando la Argentina se opuso a la incorporación de Palestina como estado miembro de las Naciones Unidas. Esta vez no sucedió y el país mantuvo la posición histórica.
La opción del cambio de posición se había barajado, en primer lugar, por la abierta enemistad que Javier Milei planteó desde el primer día con Venezuela, Cuba y Nicaragua, y, en segundo término, por la estrecha relación que quiere demostrar con Washington.
Que la Argentina haya mantenido su posición histórica fue celebrado por lo bajo por los diplomáticos de carrera dentro de la Cancillería, tal como pudo constatar TN. Sin embargo, esta decisión generó que el Presidente apurara la sali de Mondino.
Leé también: El Gobierno quiere recortar el financiamiento a los partidos para aumentar el presupuesto para Educación
El texto que apoyó la Argentina fue presentado por Cuba y reafirma, entre otros principios, “la igualdad soberana de los Estados, la no intervención y no injerencia en sus asuntos internos y la libertad de comercio y navegación internacionales, consagrados en numerosos instrumentos jurídicos internacionales”.
Además, “exhorta a todos los Estados a abstenerse de promulgar y aplicar leyes y medidas que los contravengan, instando a la derogación de ese tipo de medidas a quienes aún las impongan”, tal como reza el comunicado difundido por las propias Naciones Unidas.