A poco más de 10 días para las elecciones primarias, el precandidato presidencial de Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta, guardó para el final una serie de respaldos públicos de peso con el objetivo de cristalizar su capacidad de diálogo y consenso, conceptos con los que viene insistiendo hace tiempo como forma de hacer política y, además, para diferenciarse de las posturas más extremas del ala dura de la coalición opositora liderada por Patricia Bullrich.
La más reciente, anunciada en horas de la mañana del miércoles, fue el apoyo de la exgobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.
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La decisión pública de la actual diputada nacional por la Ciudad representa un respaldo simbólico y que no se traduciría en un incremento en número de votantes. La propia Vidal basó su decisión en la característica que más se le valora al jefe de Gobierno porteño: su capacidad de gestión.
En el marco de que las encuestas lo venían mostrando en los últimos días a la par o por debajo de la precandidata de la exministra de Seguridad, Larreta busca tomar envión y se está encargando de demostrar de que es coherente entre lo que pregona y lo que hace.
El precandidato presidencial hizo campaña en función de su capacidad de dialogar y buscar consensos que se concretaron no sólo con Vidal, quien luego de unos meses de lejanía, optó por volver con Larreta a quien conoce y con el que ha trabajado en los últimos 27 años.
El martes también abrochó el apoyo de otra figura de peso, el diputado nacional radical Facundo Manes, quien desistió de competir por la presidencia y también de ser uno de los principales candidatos de Bullrich.
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Al neurocientífico se le agregan: el posible futuro gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro; el derrotado candidato a la intendencia de Córdoba, Rodrigo De Loredo, junto a otros diputados de la UCR que responden a Martín Lousteau que se encontraban en el último tiempo más cercanos a Bullrich.
En ese sentido, Larreta hace gala de una capacidad de diálogo y consenso político. Con el radicalismo, logró encolumnar a Manes, que estaba en una línea alejada a la del precandidato a vicepresidente y titular del partido, Gerardo Morales; también pudo tejer con el peronismo incorporando a Miguel Ángel Pichetto a su lista de legisladores nacionales, como así también con un sector de los libertarios representados por el diputado José Luis Espert; y de igual manera con los evangélicos que tienen como referencia a la funcionaria porteña, Cynthia Hotton.
Otros nombres que se suman a la lista son: Margarita Stolbizer (GEN), Graciela Ocaña (GEN) y Elisa Carrió (CC-ARI).
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En paralelo, intentó cerrar un acuerdo con el gobernador del peronismo opositor en Córdoba, Juan Schiaretti, pero, a pesar de haber mostrado su voluntad de consenso, la presión del bullrichismo fue más fuerte y no pudo concretarlo.
De todos modos, Larreta cuenta con mayor cercanía a los nuevos gobernadores “amarillos” como Luis Poggi (San Luis), Carlos Sadir (Jujuy), Marcelo Orrego (San Juan) y el mencionado Pullaro (Santa Fe) que, tras el holgado triunfo de JxC en las PASO, parecería ya tener asegurada la provincia.
En el marco de la siempre trascendente provincia de Buenos Aires, que nuclea a la mayor cantidad de electores del país, el dirigente porteño es apoyado por 19 jefes comunales que representan el 42% del padrón. Entre los más destacados: el precandidato a vicegobernador, Gustavo Posse (San Isidro), Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Julio Garro (La Plata).
