Uno tiene la idea convencional de que la historia es lineal, de que el tiempo pasa secuencialmente, no vuelve para atrás, no se recicla y no es así. La sociedad con su memoria, con su vinculación con el pasado, hace que personajes que ya fueron vuelvan y empieza a haber una especie de regreso de Raúl Alfonsín.
Acaba de salir un libro, una biografía de Alfonsín escrita por un gran historiador que es Pablo Gerchunoff. Es la primera biografía profesional del expresidente, donde se lo mira desde todos los puntos de vista de su actividad. Pero antes del libro de Gerchunoff, tuvo un gran impacto un libro de otro historiador, Juan Carlos Torre, que cuenta su experiencia dentro del equipo de Juan Sorrouille y cómo fue esa navegación turbulenta por las aguas de la inflación durante la gestión de Raúl Alfonsín allá por los ‘80.
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Tal vez es la inflación uno de los puentes que nos lleva desde el pasado de Alfonsín a este presente del kirchnerismo, del Frente de Todos, de Alberto Fernández, que casi uno diría evoca más a Alfonsín que a Perón. Hay un parecido subliminal, no del todo explícito, entre este gobierno de Fernández, un gobierno que se percibe y se propone como de centro izquierda pero tiene que hacer cosas “de derecha”, como por ejemplo, un ajuste fiscal, un ajuste monetario porque tiene que pelear contra un monstruo que es la inflación.
Pero hay otro motivo por el cual Alfonsín aparece hoy casi como un fantasma y es el gran éxito de Argentina 1985, la película de Santiago Mitre, fantásticamente desarrollada, encarnada, protagonizada por Ricardo Darín, que personifica al fiscal Julio Strassera y nos lleva al Juicio a las Juntas. 1985 fue el año del alegato de Strassera y de las condenas de la Cámara Federal sobre las juntas militares que habían dominado a la Argentina del ‘76 al ‘83.
¿Por qué digo que aparece como un fantasma? La película es una película que, el mismo Darín dice, es de ficción. Toma una parte del pasado, lo recrea, lo interpreta, pero en esa interpretación la figura de Alfonsín aparece como una especie de espectro. Y en alguna medida genera hoy la disconformidad de los radicales porque olvida que el Juicio a las Juntas fue posible porque lo pidió Alfonsín y porque Alfonsín creó la primera comisión en la historia de la humanidad dedicada a revisar, a recabar, a relevar los crímenes de lesa humanidad de una dictadura, que fue la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (Conadep) integrada por figuras intachables, por figuras muy prestigiosas, que reunieron información sobre los desaparecidos.
Este fue Alfonsín, que aparece un poco ensombrecido en la película donde el centro es Strassera y otro Alfonsín, que vuelve en una democracia castigada frente a un Estado cuyas prestaciones son deficientes, un gobierno un poco a la deriva. Tal vez estamos yendo al origen todos, buscando en Alfonsín la clave de la democracia, los principios, los valores que él expresaba.
Decía Alfonsín: “Con las palabras del preámbulo, que marchamos, que luchamos, para constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que deseen habitar en el suelo argentino”.