La aerolínea venezolana involucrada en el escándalo por la llegada de los cinco iraníes bajo sospecha a la Argentina aseguró que el segundo vuelo que estaba camino a nuestro país fue desviado por motivos ajenos a su voluntad.
La venezolana Conviasa ya había tomado recaudos para evitar un escándalo con la llegada de su segundo vuelo a la Argentina y utilizó un avión de la Aerolínea Boliviana de Aviación (BOA) para hacer la ruta aérea Santa Cruz-Buenos Aires, el último tramo.
Sin embargo, de acuerdo a un audio al que accedió TN, un oficial de BOA desmintió la versión que hasta ahora indicaba que el gobierno de Nicolás Maduro desvió una segunda aeronave para evitar otro escándalo diplomático.
”Nos han negado el permiso de operación en Argentina para operar con nuestro avión de Boliviana de Aviación”, afirmó un oficial de la Aerolínea Boliviana de Aviación (BOA), según un audio al que tuvo acceso este medio, en el aeropuerto internacional Viru Viru, en Santa Cruz, Bolivia, aproximadamente a las 8:30, hora local.
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De esta manera, la aerolínea desmintió la versión que había circulado hasta ahora de que el gobierno de Nicolás Maduro había desviado un segundo vuelo de una aeronave iraní hacia Bolivia por temor a que la retuvieran en la República Argentina. Por el contrario, el gobierno argentino fue el que negó el permiso para que el avión de BOA pudiera llegar al país.
¿Argentina quiso evitar otro escándalo internacional?
Se trata de un segundo avión iraní en camino a la Argentina que, como adelantó TN, Venezuela había inaugurado con bombos y platillos el 13 de junio. Es decir, hace apenas tres días.
Este medio consultó acerca de esta situación al gobierno argentino, pero desde la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), el ente que dirige Paola Tamburelli, dijeron que no están autorizados a dar información acerca de este o cualquier vuelo.
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Los varados
Hasta anoche había 300 venezolanos varados en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en la Provincia de Buenos Aires. Es el tercer día que suspenden sus vuelos.
La historia de Georgelys, una varada
Georgelys Hernández tiene 60 años, es venezolana y tiene cáncer. Su hijo, Jorge Flores, un exiliado que vive en Argentina hace 4 años, la mantiene económicamente y le compró un pasaje para que pudiera viajar a Buenos Aires para continuar con su tratamiento oncológico.
Compró un vuelo directo, pero cuando su mamá llegó al aeropuerto de Caracas le pidieron hacer una nueva declaración jurada: el avión tendría una parada técnica en Santa Cruz, Bolivia. Un dato clave: estaba viviendo hace tres días en un hotel porque su vuelo se pospuso tres veces desde el lunes.
En el medio del vuelo, a Georgelys le dio un ataque de ansiedad. La tripulación de Conviasa contactó a un médico entre los pasajeros. La asistieron con oxígeno. Una vez en Santa Cruz, corrigieron el horario del vuelo tres veces. Primero a las 16, después a las 17 y por último a las 19.
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Finalmente, un oficial de BOA confirmó que no viajarían a Buenos Aires. “Nos han negado el permiso de operación en Argentina para operar con nuestro avión de Boliviana de Aviación”, justificaron.
“Intenté comprarle otro pasaje a Buenos Aires, pero desde Conviasa me dicen que ninguna aerolínea va a permitir que vuele en esas condiciones”, afirma Jorge, afligido, por teléfono, a kilómetros de distancia de su mamá.
