Juan Manuel Urtubey se alejó durante tres años de la gestión, pero no de la política. El exgobernador salteño y excandidato a vicepresidente vive semanas intensas: acaba de ser padre, divide sus días entre Salta y Buenos Aires en reuniones con dirigentes oficialistas, opositores y actores privados, y ya comenzó a armar su propio espacio para competir en las elecciones del 2023.
“El que te dice que no quiere ser Presidente, miente”, afirma el dirigente peronista en diálogo con TN, aunque no confirma su candidatura. También advierte, con preocupación, que el fracaso del Frente de Todos bien podría llevarse puesto al peronismo: “Es un peligro, pero no por eso voy a dejar de ser peronista”, sostiene.
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-¿Por qué volver después de tres años?
-Porque creo que puedo aportar. La Argentina lo primero que necesita es que los políticos asumamos nuestro fracaso en resolver los problemas de la gente. Y el camino es el contrario al que hoy está mandando en la Argentina. La idea imperante es que se construye desde la confrontación. Kirchnerismo, macrismo y ahora Milei trabajan con la misma lógica: la única forma de construcción política es la confrontación. Eso es super atractivo, incluso te puede hacer ganar elecciones, pero la Argentina necesita todo lo contrario para crecer.
-Que el sistema político fracasó es una frase que podría decir Milei.
-Es correcto. La diferencia es que la solución no está en solamente canalizar ese fracaso desde la bronca, sino desde la construcción colectiva. A mi juicio, no se soluciona sin política, se soluciona con buena política en vez de mala política. Y la buena política es el diálogo, los acuerdos, y no la confrontación.
-Comió un asado con dirigentes de Juntos por el Cambio en su casa. Luego fue a Mendoza a un acto del PJ y el Frente de Todos. ¿A qué está apuntando?
-A construir desde el diálogo. Y la única manera de dialogar es hacerlo con los que piensan distinto, no con los que piensan igual.
-Pero después hay que ir a elecciones.
-Sí, a elecciones voy desde mi lugar. Hablo con todos desde lo que yo soy. Yo soy peronista, y creo que el peronismo no tiene mucho que ver con lo que hoy está planteando el Frente de Todos. ¿Alcanza con el peronismo? No, pero es una condición necesaria. Quiero reconstruir un peronismo que le sirva a la Argentina. Y ahí construir desde el diálogo un proyecto común con las otras fuerzas políticas.
-¿Dónde está el peronismo?
-El peronismo está en la gente, no está en el poder. El Partido Justicialista se ha conformado en una especie de partido de poder. Y eso no tiene nada que ver con el movimiento que trabajó para generar la movilidad social ascendente, la unidad nacional. Hoy representa todo lo contrario a lo que debería representar.
-Pero, para armar un espacio se necesitan dirigentes. ¿De dónde salen?
-Mi percepción es que estamos ante el fin de una era, está terminado el camino de la polarización absoluta. Creo que el año que vive vamos a tener un escenario más de cuartos que de polarización. El propio fracaso del actual Gobierno y del anterior Gobierno son los que terminan horadando esa polarización y construyendo una argentina mucho más fragmentada. El año que viene vamos a ver de forma evidente la fragmentación de la Argentina.
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-¿No era el mismo pronóstico en el 2019? ¿Por qué cree que fracasó el armado de entonces con Roberto Lavagna, pero podría funcionar ahora?
-Todavía no había fracasado el Frente de Todos, tampoco, hasta ese momento, Cambiemos. Desde ese momento hasta ahora tenés dos fracasos a sumar. Y no es dato menor, porque son los dos polos y los dos fracasaron.
-Está trabajando con el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti para la elección del 2023.
-Sí, estamos conversando mucho con Juan. No estamos trabajando en candidaturas de nadie, queremos construir una opción para aquellos argentinos que están disconformes con este Gobierno que claramente no funciona y no quieren volver al Gobierno anterior, ni caminar en una vía solamente refractaria de la antipolítica. Lo estamos haciendo con Juan, peronistas y de otros espacios políticos.
-¿Con quiénes más?
-Trabajamos mucho con Graciela Camaño en la provincia de Buenos Aires, con algunos dirigentes del espacio con los que ya compartimos el proceso electoral, con dirigentes provinciales, con partidos que no son los dos más grandes.
-¿Busca alianzas con partidos provinciales como el Movimiento Popular Neuquino, Juntos somos Río Negro u otros?
-Sería un camino. Pero primero lo que queremos conformar un espacio plantado desde lo programático, de verdad, no como pose. Porque cuando se construye desde la lógica de cuotas de poder, tenemos grandes probabilidades de fracaso. Lo vivimos. La experiencia de Alternativa Federal fue eso, pretendimos ordenar la discusión política desde cuotas de poder, y no se puede así. Construyamos un espacio sólido que tenga realmente programas y de ahí nos sentamos a discutir que posiciones ocupa cada uno. No me alienta una posición normal.
-¿Quiere ser presidente?
-El político que te diga que no quiere serlo, te miente. Hoy, en esta etapa de mi vida, no sé si es el momento de que lo sea o no, sinceramente no lo sé. Primero hay que construir mínimos marcos de acuerdo, porque para qué querés ser presidente, si vas a fracasar. Si es para el ego, yo ya lo tengo resuelto eso.
-¿Es cierto que Cambiemos le ofreció la vicepresidencia de Mauricio Macri en el 2019? ¿Por qué no aceptó?
-Sí. No acepté porque yo tengo una mirada diferente a la que tiene Cambiemos y el PRO respecto a la política. Yo soy peronista, y el peronismo no tiene mucho que ver con eso.
-¿Y se ve lejos del espacio de Miguel Pichetto, que es peronismo dentro de Juntos por el Cambio?
-Sí, al peronismo no lo llevamos las personas, responde a una línea de pensamiento histórica, a un movimiento social, que representa algo diferente a lo que representa Cambiemos.
-Entonces, jamás aceptaría ir a una PASO en Juntos por el Cambio.
-No, porque yo represento otra cosa. Lo que no quiere decir que no haya que acordar en la Argentina. Hay que acordar con ellos, con los libertarios, con el kirchnerismo, con todos los que se puedan acordar cosas. Tenes que dialogar, pero desde tu lugar: y yo no soy de Cambiemos, no soy del PRO, no soy radical, yo soy peronista.
-¿Lo mismo para el Frente de Todos?
Correcto, porque el Frente de Todos no representa lo que es el peronismo, ellos han conformado una especie de franquicia peronista, pero no tiene nada que ver con lo que representa el peronismo en la sociedad.
-Usted dice que el Gobierno ya fracasó. ¿Ve dirigencia peronista del Frente de Todos que se pueda incluir?
-Yo no veo fracturas ni grandes acuerdos en términos de arreglos personales. Yo conozco y tengo enorme respeto por muchísimos dirigentes y militantes del peronismo que hoy pueden estar cercanos al Gobierno pero tienen mucha más identidad con lo que nosotros expresamos que con ellos. Por cuestiones de poder, terminaron ahí. Parablemente haya el año que viene una reconfiguración del mapa político y puede haber muchos dirigentes que nos acompañen. O no.
-¿No lo acercaría demasiado al “fracaso” del Frente de Todos?
-Pero lo que pasa es que yo soy peronista. Hay peronistas que están adentro de Frente de Todos y otros que están afuera. Yo no voy a dejar de ser peronista porque este Gobierno fracase, porque lo soy desde la vuelta de la democracia. Adónde van las personas es un tema, pero lo que importa es lo que vos expreses a la sociedad. Y la sociedad argentina necesita algo que está muy lejos de lo que ofrece el Frente de Todos: hay que construir desde el acuerdo y no la confrontación; desde la unidad y no desde la lucha de clases; desde los incentivos y no desde el garrote impositivo. Los dirigentes no son tan importantes. Tenemos el problema de discutir personas y no sobre ideas.
-La gente después vota a un nombre y un apellido.
-El problema es que si nosotros no institucionalizamos el debate político desde las ideas, y lo hacemos desde las personas así nos va. Hay que cambiar la forma de hacer política. Hoy funciona desde otra lógica y por eso perdimos nosotros y ganaron los otros.
-En este fracaso del Frente de Todos y del Gobierno, ¿no ve un peligro de que se lo lleve puesto al peronismo?
-Es un peligro, no por eso voy a dejar de ser peronista. El peligro es que el fracaso del Gobierno y lo que está pasando en la Argentina no sólo dañe a las personas, sino al peronismo, sin dudas.
-¿En qué situación económica vamos a llegar a las elecciones del año que viene?
-Yo no tengo ningún elemento lamentablemente para ser optimista a corto plazo. Estamos ante un Gobierno que no genera expectativas y la economía se ordena por expectativa. Esta crisis se va a galvanizar, no les veo formas de resolver el deterioro profundo del sistema económico argentino, la situación social y la situación política.
-Hablando de la situación política, ¿qué lectura hace del modo en que se produjo la salida de Matías Kulfas y la interna oficialista?
-El Gobierno está claramente sin rumbo y lo único que hace es buscar de qué manera puede blindar una cierta fortaleza política de la mano de la Vicepresidenta. No está leyendo lo que está viendo la sociedad: en un país sin gasoil, sin energía, con los problemas que tenemos, la discusión es qué dicen los funcionarios en ‘on’ o en ‘off’. Marca la ausencia absoluta de un proyecto común.