El 15 de septiembre de 2025, Sergio Cirigliano cumplirá la condena que le impuso la Justicia. Fue detenido el 5 de octubre de 2018 al ser considerado coautor del delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública, en concurso real con el delito de “estrago culposo agravado por haber causado la muerte de 52 personas y lesiones en 789 personas” en la Tragedia de Once.
El 22 de abril de 2021 fue beneficiado por la prisión domiciliaria a raíz de sus problemas de salud y dejó la cárcel de Ezeiza para mudarse a uno de sus departamentos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sobre la avenida Del Libertador, con su esposa como garante y bajo el control de una tobillera electrónica. Seguramente extraña su estadía en su mansión en Necochea, a la que llegaba en helicóptero o en su jet privado. Desde el 22 de febrero de 2012, cambió la vida del empresario que recibió la mayor condena.
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Sergio Claudio Cirigliano, junto con su hermano Mario, era el dueño del Grupo Plaza, que llegó a ser una de las empresas de transportes más importantes del país. Y al momento de la Tragedia de Once era el titular de la empresa Trenes de Buenos Aires, la concesionaria del ex ferrocarril Sarmiento.
Cirigliano fue condenado junto a otros acusados al término de un juicio oral en 2015 pero recién quedó detenido en octubre de 2018, cuando la Cámara Federal de Casación rechazó el recurso extraordinario para llegar a la Corte Suprema de Justicia en la revisión de la pena, que se consideró ejecutable.
El 24 de septiembre de 2020, el máximo tribunal rechazó las apelaciones y la pena quedó firme. Posteriormente, el empresario fue beneficiado con una reducción de pena y su castigo pasó de 9 a 7 años.
Tragedia de Once: quién es Sergio Cirigliano
Sergio Cirigliano nació el 18 de marzo de 1964. Es hijo de Nicola Cirigliano, un italiano oriundo de Vaglio Basilicata que se se mudó a Argentina a los 18 años. Después de trabajar como peón y camionero, Nicola pidió dinero prestado a un amigo y compró una ruta de autobús. Este fue el comienzo de una empresa de transporte, originalmente llamada Transporte Automotor Plaza, que fundó en 1959.
Claudio, el último hijo de Nicola, creció en Parque Patricios y estudió en un colegio técnico. Después de completar sus estudios, Cirigliano pasó a trabajar en el negocio familiar. En 1975, por motivos de salud, Nicola cedió la dirección de su negocio a Claudio y sus otros dos hijos. En ese momento la familia poseía unos autobuses de pasajeros para una línea urbana, concretamente las dos líneas de autobús, la 61 y la 62.
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Con el tiempo, construyeron un imperio. Las amistades de Claudio Cirigliano con los presidentes Carlos Menem y Néstor Kirchner jugaron un papel crucial en el crecimiento de la empresa familiar, ganando la familia cada vez más concesiones y subsidios.
La cercanía de Claudio con Menem se refleja en que formó parte de la comitiva que acompañó al riojano en su primera visita al Reino Unido . En la década de 1990, los dos hombres jugaban golf juntos con frecuencia. Después de la Tragedia de Once y antes de que Claudio fuera preso, los Cirigliano vendieron al Grupo Plaza al empresario Marcelo Zbikoski. Los buenos tiempos ya no eran tales.
El estado de salud de Sergio Cirigliano
El empresario se sometió a un by pass gástrico en 2007 para sacarse unos 35 kilos de encima porque le molestaba que lo apodaran “gordo”. Su estado de salud empeoró en la cárcel. Por eso en abril del año pasado le dieron la prisión domiciliaria.
Así lo resolvió el juez del Tribunal Oral Federal 2 Jorge Gorini, que tiene a su cargo la ejecución de la sentencia, después de que la fiscalía dictaminó a favor del pedido de Cirigliano, al que tampoco se opuso la querella unificada que incluye a la familia de Lucas Menghini Rey.
El argumento central para que Cirigliano deje la cárcel es que sus problemas de salud empeoraron en los últimos meses, “presenta un estado de vulnerabilidad aumentado” y el Servicio Penitenciario Federal expuso “la necesidad de otro modelo de contención y tratamiento médico”.
Según lo informado en la causa por la defensa, Cirigliano registró 29 episodios de hipoglucemia “graves y delicados” entre el 1° de febrero y el 4 de diciembre de 2020. Incluso dijeron que requería de “controles clínicos y de laboratorios permanentes, dieta, tratamiento médico y acompañamiento profesional dada la frecuencia, gravedad y riesgo de episodios hipoglucémicos”.
Esa fue la tercera vez que Cirigliano pidió la prisión domiciliaria; las dos anteriores, sin éxito. El 19 de marzo y 17 de abril de 2020 el juez Gorini se había negado a que dejara la cárcel. En aquellos pedidos, el argumento era la pandemia.
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