“Una foto lava la otra y ambas lavan la cara (del Presidente)”. Esa parece ser la reversión justicialista del popular refrán que originalmente alude a manos que se lavan entre ellas. Esa es la estrategia del oficialismo para dejar atrás la vergonzosa foto en la que se ve al Presidente “brindado” con Fabiola y sus amigos durante la cuarentena.
En contrapunto, la foto de ayer fue impresionante. En la Isla Maciel, partido de Avellaneda, se subieron a un mismo escenario las figuras más destacadas del Frente de Todos. No faltó nadie: Cristina Kirchner, Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner, entre otros, fueron a poner la cara y el cuerpo en esta nueva foto que busca dejar en el olvido la del cumple de Fabiola.
Paradójicamente, si bien ninguno habló de “la foto”, de eso fue de lo único de lo que hablaron. Es decir, nadie la nombró expresamente, pero todos los discursos apuntaron a bajarle el precio a la falta del Presidente, mediante el recurso de compararla con la tropelías, pecados y crímenes del gobierno anterior. Nada nuevo.
Como Nico Repetto cuando volvió de su año sabático y nos contó las penurias que todos habíamos vivido, así me suenan los discursos oficialistas. Es que todos estuvimos acá los cuatro años del gobierno anterior. Vivimos la inflación, el aumento de la pobreza y las consecuencias del feroz endeudamiento. ¿Hasta cuándo van a seguir echándose la culpa de todo entre ellos? No solo es inconducente, ya es aburrido.
En la línea “nosotros podemos hacer cualquier cosa porque los anteriores también lo hicieron”, circularon los argumentos de esta tarde. Y en el acto convocado para recordar el fallecimiento de San Martín y celebrar la entrega de la vivienda número 20 mil de las entregadas por este Gobierno, no se habló de ninguno de estos dos temas.
La idea era mostrarse como un bloque monolítico que apoya al Presidente. Diluir como en un tanque de ácido la foto de la vergüenza. Y en ese afán, mejor olvidarse de San Martín. En particular de una de sus frases más recordadas: “Mi mejor amigo es el que enmienda mis errores o reprueba mis desaciertos”. Porque de ser así; Alberto de verdaderos amigos, hoy hubiera estado huérfano.
