El ofrecimiento que recibió la intelectual Beatriz Sarlo para aplicarse la vacuna contra el coronavirus antes de tiempo fue vía mail, en el que se mencionó a la esposa del gobernador bonaerense Axel Kicillof Soledad Quereilhac. En el mensaje dirigido a Sarlo se destacó que “mucha gente conocida se va a vacunar” y que esto formaba parte de “una campaña bien pensada, de concientización, para que la gente” reciba la inmunización. En el mail se explicó que la idea era que las personalidades que recibieran el suero luego “se saquen una foto o que su nombre circule“ en listas de famosos “que dieron el paso” con el objetivo en ese momento de “generar confianza” en la Sputnik V.
La información forma parte de la causa que investiga las vacunas VIP contra el COVID-19. La intelectual sostuvo ante la Justicia que Quereilhac le ofreció vacunarse antes de tiempo y la mencionó como la persona que le acercó una “vacuna por debajo de la mesa” tal como lo dijo la propia Sarlo en A dos voces. Declaró ante el fiscal Eduardo Taiano y la jueza María Eugenia Capuchetti, que están a cargo de la investigación en la que está imputado el exministro de Salud Ginés González García. Manifestó que el ofrecimiento le llegó a través del editor de Siglo XXI Carlos Díaz y aportó los mails a la Justicia.
// Beatriz Sarlo declaró que la esposa de Axel Kicillof le ofreció una vacuna en enero
Díaz le explicó en el mail que tiene fecha 22 de enero que lo llamó la esposa del gobernador bonaerense “porque está colaborando con la campaña de concientización para que la gente se vacune”. En ese momento todavía había dudas sobre la efectividad de la vacuna ya que hasta no se habían publicado los datos del suero en la revista The Lancet, que validó que tiene una eficacia superior al 91% contra el coronavirus.
Sostuvo que Quereilhac le pidió “una mano para contactar alguna gente, empezando” por Sarlo. El editor afirmó que era “una campaña bien pensada” y le aclaró que no le iban a dar “un uso político berreta” pero que “claramente es a favor de la vacunación de la provincia de Buenos Aires”.
Expresó que la primera reacción que tuvo fue pensar que la intelectual jamás se prestaría pero que frente a la posibilidad de que se pudiera inmunizar de inmediato le pareció que tenía que preguntarle. Le aclaró que “es todo ‘por derecha’, nada trucho”, que “mucha gente conocida se va a vacunar y la idea es que después comenten que ya lo hicieron, que se saquen una foto o que su nombre circule en listas de personalidades que dieron el paso”. Planteó que “cada uno hace lo que quiere” y que la única condición para acceder era decir que recibió el suero. Afirmó que “obviamente para que funcione la idea es que la noticia circule lo más posible”.
El editor le explicó que le hizo el ofrecimiento porque pensó en “las ganas de volver a circular por el mundo cuanto antes” que podía tener la intelectual y que eso podía generar que viera “el plan con más encanto”. Le pidió que le diera una respuesta y le dijo que contara con él “para gestionar los detalles” de la inmunización, en el caso de que aceptara la propuesta.
La respuesta de Sarlo: “Me resulta un poco violento recibir el premio de la vacuna por la campaña”
La intelectual le contestó que le parecía “muy bien hacer campaña para que la gente se vacune”. Aunque expresó que le resultaba “un poco violento recibir a cambio el premio de la vacuna” que dijo que se daría “en ese mismo instante”. Aclaró que le parecía una promoción “de los que pueden vacunarse ya, sin hacer colas ni esperar turnos” y que le resultaba “mal ese ejemplo de intelectuales que reciben ese privilegio”.
Dijo que no tenía “ningún inconveniente” de que se usara su nombre para expresar su deseo de recibir el suero pero que no quería inocularse antes del plazo previsto solo porque tiene “un nombre conocido”. Planteó que no le parecía ético y que la esposa de Kicillof “debe pensar este aspecto de su idea”. Afirmó que Quereilhac “fue a la Facultad de Filosofía y Letras no a estudiar publicidad a todo trapo sino para aprender a reflexionar sobre las consecuencias de la primera idea que se le pase por la sabiola”. Le pidió que le enviara este mensaje a Quereilhac si le parecía que podía ayudarla a ella “a no precipitarse con la primera idea publicitaria, sin pensar en la dimensión moral de todo el asunto”.
