El presidente Alberto Fernández recibirá este miércoles a representantes de los principales gremios del país y el jueves se reunirá con grandes empresarios, en el marco del acuerdo económico y social que busca “hacer converger las variables de precios y salarios” para contener la escalada de la inflación de los últimos meses. Así lo confirmó la Jefatura de Gabinete a través de un comunicado. Una vez más, las pymes quedaron fuera de la mesa de diálogo.
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La idea original era hacer una gran convocatoria en el marco del acuerdo económico y social, pero se optó por reunir ambas partes una vez que se haya avanzado en el plan de consenso. Sucede tras el fuerte rechazo sindical al sondeo que se había iniciado para aplicar un tope a las paritarias apenas unos puntos por encima de la inflación del 29% proyectada en el Presupuesto 2021. La fuerte suba en el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias será entonces la moneda de negociación.
Según se informó oficialmente, “la convocatoria obedece a poner en común una metodología de articulación con los distintos sectores económicos para la coordinación de políticas de precios y salarios, que sean consistentes con los objetivos de política macroeconómica del Gobierno” y tiene por objetivo “generar acuerdos que permitan hacer converger las variables de precios y salarios para lograr una recuperación del ingreso que impulse la reactivación de la economía”.
Las reuniones tienen por objetivo generar acuerdos que permitan hacer converger las variables de precios y salarios
Ese esquema integral de política macroeconómica “se compone por la política fiscal, la monetaria y la cambiaria” y “el objetivo es alinear políticas y expectativas con el presupuesto 2021 aprobado por el Congreso de la Nación”, detalló el comunicado.
Una gran mesa de consensos
Si bien se trataba de una promesa de campaña, la propuesta de reeditar el Consejo económico y social cobró fuerza en medio de la pandemia de coronavirus. Muchos empresarios debieron pautar con los sindicatos suspensiones para subsistir en un año en que la producción y el consumo se derrumbaron, como en el caso metalúrgico. Ahora bajo el nombre de acuerdo económico y social, el Presidente se vio obligado a centrar el debate en la cuestión inflacionaria.
Durante los últimos meses de 2020, se disparó el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que mide el Indec, pero fundamentalmente en el rubro de alimentos y bebidas, que es el de mayor incidencia en los ingresos familiares de los sectores de menores recursos. Para enero, las cifras no son más alentadoras, el organismo informará el jueves la cifra oficial, pero según privados rondará nuevamente el 4%.
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Según el Indec, la inflación del rubro alimentos y bebidas no alcohólicas cerró el año en 42,1%, por encima del nivel general de precios, que avanzó 36,1%.
De cara a los próximos meses presionan también sobre los ingresos familiares el descongelamiento de algunos productos del programa Precios Máximos, tarifas y alquileres, y el fin de la suspensión del cobro de cuotas de créditos UVA y de la Anses.
El Gobierno pide un esfuerzo a empresarios y trabajadores. Por un lado, sondeó la posibilidad de poner un tope a las paritarias para que le ganen apenas por un par de puntos a la inflación, pero el rechazo fue contundente y varios ministros de primera línea debieron salir a ratificar que las negociaciones serán libres, sin piso ni techo. Por otro lado, pide al sector empresario que modere los precios.
En el rubro carnicerías, a la par del lanzamiento del programa de ocho cortes de carne vacuna a precios accesibles en grandes supermercados, la Secretaría de Comercio Interior comenzó un relevamiento para conocer la estructura de costos del segundo semestre de 2020, a fin de encontrar las razones que justifiquen el alza del 20,7% en el precio de la carne desde el inicio de la cuarentena. Además, trabaja en la elaboración de acuerdos con los sectores de frutas y verduras, lanzó la canasta escolar a bajo costo y negocia con las panaderías vender pan también a precios populares.
Pero los equipos económicos saben que los acuerdos sectoriales no alcanzan para contener la inflación y por eso sentará a la mesa de diálogo a grandes empresarios, a los que considera responsables de fijar precios. Las quejas del sector pyme no se hicieron esperar, advierten que generan más del 70% del empleo argentino y que no pueden, una vez más, no ser convocadas cuando se tratan grandes acuerdos para el desarrollo productivo del país.
Los dirigentes sindicales convocados
A diferencia de otras mesas de diálogo, a la CGT se le sumará la CTA, dándole entidad a esa central obrera. Estarán presentes Héctor Daer, de la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad de Argentina (FATSA); Carlos Acuña, del Sindicato Obreros de Estaciones de Servicio, Garages y Playas de Estacionamiento (SOESGyPE); Andrés Rodríguez, de la Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN); Gerardo Martínez, de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), y Armando Cavalieri, de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS).
También Antonio Caló, de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM); Jose Luis Lingeri, del Sindicato Gran Buenos Aires de Trabajadores de Obras Sanitarias (SGBATOS); Rodolfo Daer, del Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (STIA); Roberto Fernández, de la Unión Tranviarios Automotor (UTA); Víctor Santa María, del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (SUTERH); Sergio Romero, de la Unión Docentes Argentinos (UDA), y Argentino Geneiro, de la La Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA).
Serán de la partida además Sergio Palazzo, de la Asociación Bancaria; Hugo Moyano, del Sindicato de Choferes de Camiones; Ricardo Pignanelli, del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA); Edgardo Llano, de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA); Claudio Marín, de la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina (FOETRA); Yamile Socolovsky, Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU) y Hugo Yasky, Secretario General de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA).
Los empresarios convocados
Según detalló Gabinete, los empresarios quienes se sentarán a la mesa de diálogo en el Museo del Bicentenario serán Luis Pagani, titular de Arcor; Luis Pérez Companc, de Molinos Río de la Plata; Jean Carlo Aubry, de Nestlé; Karla Schlieper, de Mondelez; Juan Garibaldi, de Danone; Miguel Acevedo, de Aceitera General Deheza; Teodoro Karagozian, de TN Platex; Mario Ravettino, de ABC; Joaquín de Grazia, de Granja Tres Arroyos; Claudio Drescher, de Jazmín Chebar; Alberto Álvarez Saavedra, de Gador; Hugo Sigman, de ELEA; Daniel Herrero, de Toyota, y Laura Barnator, de Unilever.
También Gabriela Bardín, de Procter & Gamble; Carlos Blaquier, de Ledesma; Martín Ticinese, de Cervecería Quilmes; Rubén Chernajowsky, de Newsan; Alfredo Coto, de COTO; Paolo Rocca, de Ternium; Everton Negresiolo, de Acindar; Javier Madanes Quintanilla, de Aluar; Sergio Faifman, de Loma Negra; Guillermo Mausel, de Solvay Indupa; Diego Ordoñez, de DOW Química/PBB Polisur; Humberto Cattorini, de Rigolleau; Javier Quel, de Tetrapak; Sergio Affronti, de YPF; Pablo Ruival, de Arauco; Christophe Dumont, de Monsanto/Bayer; Diego Pino, de Transclor; Martín Castro, de Bridgestone, e Iván Szczech, de Camarco.
En ambos encuentros, además del Presidente estarán presentes, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; los ministro de Economía, Martín Guzmán; de Producción, Matías Kulfas;, y de Trabajo, Claudio Moroni; además del presidente del BCRA, Miguel Pesce; la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont, y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca Bocco.