El exvicecanciller en el último gobierno de Carlos Menem, Andrés Cisneros, aseguró que “hay un ministro de Relaciones Exteriores que opera en las sombras, contrapuesto a Alberto Fernández”. Así opinó sobre la controversia desatada con la votación argentina en la ONU sobre la condena a Venezuela por la violaciones a los derechos humanos, marcando las diferencias entre el albertismo y el cristinismo: “Gobierna una especie de alianza entre un kirchnerismo duro y uno más negociador”, afirmó.
En declaraciones al programa de CNN radio que conduce María Laura Santillán, Cisneros advirtió que “lo que necesita el sector del Gobierno que responde a Fernández es concertar con el mundo. Espero que el presidente Alberto Fernández no lo llame a Nicolás Maduro para darle explicaciones sobre cómo votó nuestro país en Naciones Unidas”.
En otro pasaje de la entrevista con quien fue secretario de Relaciones Exteriores y Asuntos Latinoamericanos de la Cancillería, entre 1996 y 1999, señaló que “el kirchnerismo en toda sus historia levantó la bandera de los derechos humanos, pero nunca dijo una palabra de Cuba ni de Venezuela. El Gobierno mira los derechos humanos de manera tuerta, si no son amigos lo castigan. La política exterior argentina ha dejado de ser creíble”.
“Argentina dejó de ser un país confiable hace mucho tiempo. Alberto Fernández ha tragado sapos muy grandes, como el de Vicentín. Esto se acerca a un cortocircuito inevitable en el Gobierno", agregó el exfuncionario menemista.
Andrés Cisneros dijo que “el kirchnerismo lo que está haciendo es exhibir las contradicciones internas”. En ese sentido, explicó que “una característica de todos los gobiernos kirchneristas es que subordinan la política exterior a intereses internos”. Así detalló cómo es que el gobierno actual maneja el área de la diplomacia y las relaciones internacionales.
// Grieta en el Gobierno por la votación contra Venezuela
El exvicecanciller habló de la crítica situación del gobierno de Nicolás Maduro. Remarcó que desde Argentina “apoyan a un gobierno aunque tenga violaciones a los derechos humanos”, que calificó de “vergonzosas”. El malestar se generó ante el cambio de postura, en la que se pasó a de defender a Venezuela a votar en su contra, en Naciones Unidas.
La decisión del presidente Alberto Fernández de apoyar las denuncias documentadas de la ONU respecto a la violación a los derechos humanos en Venezuela, implicó un giro inesperado para la vicepresidenta Cristina Kirchner y sus principales aliados en la coalición de Gobierno. El presidente Fernández y el canciller Felipe Solá apostaron fuerte en el concierto internacional y esto trajo una tormenta rápida en la interna oficial.