Los peritos forenses encontraron cuatro huellas dactilares de un hombre en la escena del crimen de Nadia Arrieta. La mujer, de 31 años, fue encontrada el jueves semidesnuda, con las manos atadas detrás de la espalda, con la boca tapada con cinta y con un corte en el cuello en su local de Villa Tesei.
El fiscal 3 de Morón, Mario Ferrario, ordenó la detención de N. M. M, un preso condenado a 18 años que en 2012 fue beneficiado con salidas transitorias y en 2014 con libertad condicional, según publicó La Nación.
El prófugo, de 38 años, habría salido de la cárcel recién el 19 de octubre de 2019 si la Cámara de Apelaciones de Morón no le hubiera otorgado esos privilegios.
El fiscal que intervino en esa causa se opuso a la salida del preso por su peligrosidad: en una oportunidad intentó matar a una persona luego de robarle y en otra ocasión trató de hacer lo mismo con una chica a la que habría violado. Esos hechos, por los que fue condenado, sucedieron en 2004 en Morón.
El investigador caratuló la causa como homicidio y habría descartado la hipótesis de robo porque en el negocio de Nadia no faltaba nada más que su celular y el cuchillo con el que la mataron. Ahora, busca determinar si existía una relación previa entre ambos para confirmar la hipótesis de femicidio.
Los peritos, además de las cuatro huellas dactilares, también reconocieron al sospechoso a través de una cámara de seguridad cercana a la calle General Pedro Díaz 596 del oeste del conurbano bonaerense. Los policías lo buscan intensamente.
