Una mujer de la Policía de Pilar y un chofer de la Guardia Urbana fueron víctimas el domingo de un desastre en cadena en plena Autopista Panamericana. Mientras asistían un accidente que había ocurrido en el lugar minutos antes, un conductor borracho perdió el control de su auto y los atropelló.
Erika Perezlindo, de 25 años y mamá de dos nenas, fue quien se llevó la peor parte. Sufrió severos traumatismos en el cráneo, aplastamiento torácico y su estado es crítico. Juan Molina, de 43, fue atendido con algunas fracturas y está fuera de peligro, aunque cuando se recupere necesitará un mínimo de 3 meses de rehabilitación.
Todavía era de madrugada cuando chocaron los primeros tres autos a la altura del kilómetro 46 de la Panamericana. Molina y Perezlindo prestaban colaboración sobre uno de los carriles. Entonces apareció en escena el auto conducido por Diego Gabriel González, que manejaba a más velocidad de la permitida y con 1,99 mg de alcohol en sangre.
Apenas, Diego González logró esquivar el primer móvil, atropelló a los agentes, los dejó tirados en el asfalto y trató de escapar. Sin embargo, fue perseguido por varios patrulleros. En su huída llegó hasta el puente de la calle Florida y volvió a subir a la autopista pero, una vez más, perdió el control del vehículo y se fue a la banquina. A partir de ahí intentó seguir la fuga a pie pero lo detuvieron.
