Faltaban minutos para la medianoche cuando los vecinos de las calles José Hernández y Ocampo, en la localidad bonaerense de Billinghurst, escucharon por lo menos 15 tiros. A pocos metros de la esquina, un policía se resistió a que le robaran el auto y mató a uno de los ladrones. Tenía 14 años.
El efectivo estaba vestido de civil cuando lo rodearon los delincuentes. Eran tres y ninguno superaba los 18 años. Se identificó pero aún así, dispararon y respondió. El chico murió a los pocos minutos y sus dos cómplices resultaron heridos en las piernas. Están internados con custodia en el Hospital Eva Perón.
Los familiares del ladrón muerto llegaron al lugar y apedrearon la camioneta de la morgue judicial y a los peritos que todavía trabajaban en la escena. Desde ahí trasladaron su bronca hasta la casa del policía que disparó e intentaron prenderla fuego.
Desde ese momento, una consigna custodia el domicilio para evitar nuevas represalias mientras que agentes de Infantería refuerzan la seguridad en la comisaría local.
