Para entrar a robar a la casa de la calle Remedios de Escalada al 300, en Bahía Blanca, el ladrón había tomado todos los recaudos. Cortó los cables de un sensor de alarma y también los de un reflector para no ser descubierto. Pero cayó por el motivo más insólito: había pisado caca de perro.
La secuencia empezó cerca de las 3 de la madrugada. Fue el momento que eligió el delincuente para irrumpir en la vivienda pero antes de que lograra robar algo el propietario se despertó con los ruidos y llamó a la policía. Aunque pudo escapar antes de que llegara el patrullero no se dio cuenta que la huella de sus zapatillas estaba manchada ni que la había dejado estampada sobre una chapa.
// Lo detuvieron por una lata de cerveza
Pasaron solo unas pocas horas hasta que el dueño de la casa que había intentado asaltar salió a la calle a hacer unas compras. Entonces fue que por adelante suyo pasó caminando un joven y, para su sorpresa, vio que dejaba una huella con excremento idéntica a la que había quedado en su casa y alertó nuevamente a la policía.
Los peritos científicos cotejaron las marcas encontradas dentro y fuera del domicilio y certificaron su similitud por lo que el sospechoso fue demorado por intento de robo y quedó a disposición de la justicia.
