Después de que balearon y dejaron al borde de la muerte a Andrés Lamboy, un exdirectivo de la empresa Sadocks que declaró contra Mario Segovia, la Justicia decidió investigar 19 llamados telefónicos que “el rey de la efedrina” hizo desde su lugar de detención. En 2008, desde el depósito fiscal de Barracas se hicieron envíos de esa droga a México.
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El martes a la mañana, dos hombres le dispararon seis tiros a Lamboy en la ciudad de Rosario en la puerta del colegio de sus hijas. A raíz del ataque, el hombre quedó internado en estado reservado.
Mario Segovia fue condenado en 2012 a nueve años de prisión por el contrabando de efedrina para precursores químicos con mexicanos. En paralelo al tiroteo, el Servicio Penitenciario notó que los días antes de la balacera el comportamiento de Segovia en el penal de Ezeiza había cambiado: de repente recibía muchos llamados y él mismo utilizaba más el teléfono. Fue por eso que le enviaron a la Justicia un legajo reservado con información para evaluar si las comunicaciones estuvieron relacionadas con el episodio.
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Andrés Lamboy había declarado como testigo en la causa del contrabando de efedrina a México en 2008, por la que Mario Segovia fue condenado. En el juicio, el empresario reconoció ser el directivo de South American Docks SA hasta 2007, el depósito donde se almacenaron los más de 200 kilos de efedrina que se iban a enviar a México. También admitió que conocía al “rey de la efedrina” y dijo que solo figuró como director "en los papeles" y que se limitaba a firmar las actas de directorio.
