Los secuestros virtuales empezaron a conocerse en el 2001 en México. Las organizaciones criminales del narcotráfico sabían que la inseguridad generaba nervios y miedo y, a su vez, les permitía extorsionar y lograr un jugoso botín.
Desde el principio el elemento más utilizado fue el teléfono celular porque es difícil de identificar y además los delincuentes están en constante movimiento para no ser captados por la policía.
La mayoría de los casos que se conocen son ejecutados desde las cárceles, ya sea desde los teléfonos públicos que hay en las unidades o a través de los celulares que se filtran en las visitas familiares o por la corrupción de los agentes penitenciarios.
La metodología es relativamente sencilla: llaman argumentando que son de empresas de emergencia médica, personal de una autopista, policía, inspectores municipales o representantes de una empresa comercial. Siempre logran la atención porque afirman que están asistiendo a un familiar. Eso dura algunos minutos y es una excusa, luego empieza la extorsión.
¿Pero como obtienen los teléfonos? Simple. Copian números de internet, aprovechan documentos, tarjetas de crédito o agendas pérdidas. También buscan información ocasional con planillas de encuestas en cines, comercios, boliches o en la vía pública.
La justicia recomienda no atender llamados desconocidos, no aportar información, no agendar en el celular nombres como papá, mamá, hermano, hija, etc. y llamar a la policía inmediatamente.
En las últimas horas, “Coca” la mujer del recordado actor Juan Carlos Calabró, recibió a las 3 de la madrugada un llamado en su departamento de Palermo donde le decían que una de sus hijas estaba secuestrada, mientras se escuchaba de fondo llorar a una mujer y decir: ”mamá dale todo”.
Coca sospechó que algo extraño estaba pasando cuando los delincuentes dieron información falsa y logró que su hija la atendiera por teléfono. Este caso se suma al del Rector de la Universidad de La Matanza Daniel Martínez, que pagó esta semana un rescate en Ramos Mejía cuando le decían que tenían secuestrada a su hija.
Pero los episodios más recordados son el del Ex Presidente de Racing y empresario Fernando Marín y de la Modelo y conductora Mora Furtado.
Fue lo más conmocionante que me pasó en la vida.
A Marín lo llamaron por teléfono y durante 4 horas mantuvo una negociación con un grupo de delincuentes que decían tener cautivo a su hijo Nicolás. Usaron 5 líneas telefónicas y vigilaron al empresario, a su mujer y el casero de un departamento de Capital Federal hasta que lograron cobrar un rescate en la Autopista Panamericana.
Sentí una adrenalina espantosa en el corazón.
Mora Furtado recibió en agosto de 2013 un llamado a las 2 de la madrugada y conversó con un hombre que la amenazó con matar a su hijo. Le pidieron 50 mil dólares. No los pagó, pero colocó sus ahorros y sus joyas en una bolsa blanca, se encontró con los delincuentes cara a cara y recién después pudo contactar a su hijo por teléfono.