Una discusión entre dos vecinos de la localidad bonaerense de San Martín terminó con uno de ellos asesinado a balazos y el otro, escondido entre las tumbas de un cementerio después de que la gente del lugar le cortara seis dedos de las manos para vengar el crimen.
Todo empezó en el cruce de Maestro Dasso y José C. Paz, a unos 100 metros de la denominada Villa La Catanga. Los motivos que provocaron la pelea todavía son un misteri, pero ya es un hecho que el desenlace fue fatal. Pablo Cardozo tenía 25 años. Su cuerpo quedó tirado en un charco de sangre con un tiro en el pecho. Si bien llegó con vida al Hospital Municipal Diego Thompson, los médicos lo operaron de urgencia pero murió poco después.
Mientras esto ocurría, un llamado al 911 advirtió a la policía sobre la presencia del sospechoso en el cementerio ubicado en la esquina de Coronel Mom y Rivadavia, armado y con las manos cubiertas de sangre. En ese lugar lo detuvieron y aunque primero creyeron que había resultado herido al explotarle accidentalmente el arma que usó para cometer el crimen, después se comprobó que había sido mutilado por un grupo de vecinos como represalia por el crimen.
La investigación apunta ahora a determinar cuál fue la causa del homicidio e identificar además a las personas que agredieron al detenido.