La llegada de gendarmes a algunos barrios del conurbano bonaerense trajo tranquilidad a los vecinos, pero esa calma se esfuma en un segundo. Como la fuerza va rotando entre distritos, un barrio que un momento se siente seguro al otro día pasa a ser una "zona liberada" para el delito. Así se lo dijeron a Cata Bonadeo, en Telenoche, los vecinos de El Jagüel, partido de Esteban Echeverría. Aseguraron que, sin controles, las calles son "una boca de lobo".
"Vivimos encerrados. A partir de la 7 de la tarde nos quedamos adentro. Hay mucho robo", señaló una vecina con su hijo en brazos y entre rejas. "Necesitamos más presencial policial o de las fuerzas de seguridad. A mi hijo le robaron dos veces en la parada del colectivo. No hay garita. Con el coronavirus es peor", describió otra.
Así, los vecinos consultados coincidieron en que la decisión de la provincia de mandar fuerzas federales fue una buena idea, pero siempre que los efectivos se queden más tiempo. "Queremos que haya controles pero que no se levanten, que no se vayan. Mientras tanto, faltan policías, luminarias... los robos son constantes", remarcaron.
