Pericias solicitadas por la fiscal Cristina Caarmaño confirmaron que la muerte del empresario Alfredo Pesquera fue un suicidio. El cuerpo del empresario había sido encontrado en su auto en el barrio porteño de Saavedra le pasado 21 de diciembre cuando la Justicia había pedido su detención por el crimen del financista Miguel Angel Graffigna.
Exámenes de criminalística sobre el arma y el proyectil, así como la posición del cuerpo, rastros de deflagración de pólvora en la mano de Pesquera y el lugar donde quedó incrustada la bala determinaron que Pesquera se pegó un tiro en la sien derecha y no fue asesinado.
Según pudo determinar la Justicia, Pesquera se mató con la misma arma con la que fue asesinado Graffigna.
Pesquera tenía pedido de captura nacional e internacional por por su presunta responsabilidad en el crimen del financista Miguel Ángel Graffigna, ocurrido en junio de este año, y se encontraba prófugo de la justicia. La principal hipótesis que manejaba la justicia era que el empresario asesinó a Graffigna porque la víctima le reclamaba una deuda que no podía pagar.
