El 17 de marzo de 2016 Marisela Pozo salió de su casa en medio de un ataque de pánico. Caminó 10 cuadras descalza y buscó refugio en un quiosco. Pero rompió un vidrio y el dueño del negocio, con otros dos vecinos, en lugar de ayudarla la torturó durante tres horas. Casi un año y medio después, los tres asesinos fueron sentenciados a un año de cárcel en suspenso en un juicio abreviado.
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La golpearon con fierros, la arrastraron por la calle, la ataron a un árbol y cuando se cansaron, la dejaron abandonada al costado de las vías del tren Belgrano Sur, en la localidad bonaerense de Laferrere. A pesar de la catarata de llamados al 911, 25 en total según figura en la causa, la policía llegó al lugar cuatro horas más tarde. Marisela fue internada entonces y murió tres días después.
La brutal agresión quedó registrada en los celulares de varios testigos y el video se viralizó en las redes sociales. No fue prueba suficiente tampoco. Por un acuerdo entre la fiscalía y la defensa, los tres imputados seguirán libres, como lo están desde el 14 de julio del año pasado cuando la carátula cambió de homicidio simple a homicidio preterintencional.
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“La autoría del crimen no está en discusión”, afirmó el abogado de la familia de la víctima, Matías Bernal, al portal El1 Digital. A pesar de esto señaló que “lo que la cámara tuvo en cuenta fue que los asesinos no habrían querido matar a Marisela porque ninguno de los golpes había sido en zonas vitales”. “No es que hubo un golpe que le produjo la muerte, sino que murió por la multiplicidad de golpes”, sostuvo.
“La tuvieron atada una hora en un árbol, le pegaron con un palo y la tiraron al costado de las vías. Si no la quisieron matar ¿qué quisieron hacer?”, se preguntó el abogado, que ya adelantó que apelará el fallo.