La cocaína había sido cargada en Bolivia. Entró al país desde alguna de las fronteras y desde Salta siguió su camino oculta dentro de una camioneta F-100, parecida a las que se usan para hacer mudanzas. Eran 400 kilos de la droga recubierta de grasa para confundir a los perros y envuelta en panes con cintas de embalar.
Una falla en la comunicación satelital obligó a los sospechosos a hablar por teléfono celular y así los investigadores de la Policía de Seguridad Aeroportuaria obtuvieron el dato que les permitió interceptar el cargamento en una serie de allanamientos en Lomas de Zamora.
Por el operativo, denominado "Mudanza Blanca", hubo una pareja detenida y buscan todavía al resto de la banda. La principal hipótesis es que la mayor parte de la droga secuestrada estaba destinada al mercado interno.
