El juez Martín Porto dictó la prisión preventiva para los principales sospechosos del asesinato de Araceli Fulles, la joven que fue vista por última vez el 2 de abril y apareció 25 días después, debajo de unos escombros en el patio de una casa en José León Suárez.
Se trata de Darío Badaracco; su hermano, Hernán Badaracco; Carlos Cassalz, dueño del corralón donde trabajaba Darío; y los empleados Marcelo Ezequiel Escobedo y Hugo Martín Cabañas.
Badaracco había declarado tres veces como testigo antes de ser imputado, la última vez el mismo día que encontraron el cuerpo. Estuvo prófugo unas horas hasta que, gracias al testimonio de una vecina que lo reconoció por la calle, lo detuvieron la noche del 28 de abril en los alrededores de la villa 1-11-14.
A Araceli la buscaron viva durante casi un mes. Desde que le mandó a su mamá un mensaje diciéndole que pusiera el agua para el mate, pero nunca llegó a su casa. La encontraron finalmente en la casa de Badaracco, en la calle Alfonsina Storni al 4400. Estaba cubierta de escombros en el patio, en el lugar donde se cree que el acusado pretendía construir una losa.
La autopsia reveló que murió por asfixia mecánica, producida por un elemento compatible con precintos plásticos.
