Ella tiene 36 años y vive en Cipoletti. Por los constantes celos de su expareja decidió un día ponerle fin al noviazgo sin saber que entonces desataría la pesadilla. El hombre no dejaba de acosarla y mandarle mensajes. Incluso llegó a amenazarla con un cuchillo. Consiguió una orden de restricción de acercamiento que sigue vigente. Pero no alcanzó.
El último ataque fue el fin de semana. Cuando salió de su casa se encontró con le habían dado vuelta una lata de esmalte sintético encima del auto. La misma pintura con la que, según denunció la mujer en la comisaría 4ta., él estaba pintando la reja de su casa. Sin embargo, le dijeron que su denuncia no iba a prosperar porque los "daños causados no son irreparables".
Así, los ataques y las agresiones se siguen sumando. Diez meses atrás, apareció en su casa y la amenazó de muerte con un cuchillo. También le sacó fotos de su perfil de Facebook y la ofrecía como prostituta junto con su número de teléfono. Después se arrepiente, y le manda flores para reconquistarla.
Tiene miedo. Por eso denuncia. Por eso pide ayuda. "Es muy vergonzoso tener que admitir que tuve una relación con un psicópata", manifestó en una entrevista con un diario local.