Una pelea entre vecinos terminó con una tragedia en la víspera del Año Nuevo en la localidad bonaerense de Mariano Acosta. Jorge Cáceres Elgueta, un chileno de 62 años, fue asesinado a barretazos en la cabeza delante de su familia.
La violenta secuencia empezó cerca de las dos de la tarde del lunes cuando el hijo de la víctima, su esposa, Miriam Raquel Giménez, y el hijo de 11 años de ambos, llegaron hasta la propiedad en la que también vivía Cáceres Elgueta, sobre la calle Tres Sargentos al 700.
Los ruidos que provocaron al abrir el portón para estacionar el auto molestaron a su vecina, Susana Elisabet Iriart, una docente que da clases en unidades carcelarias del Servicio Penitenciario Federal (SPF). Entonces la mujer salió y empezó a apedrearles la casa.
"Chilenos de mierda, son unos muertos de hambre", fue uno de los insultos que recibió Giménez cuando se acercó a la reja para intentar calmar los ánimos. No solo no lo consiguió sino que, por el contrario, todo se convirtió en una locura.
Casi al mismo tiempo llegaron los dos hombres. Su suegro, Cáceres Elgueta, volvía de trabajar y Gustavo Daniel González, el esposo de la maestra, apareció con un destornillador en la mano después de ser alertado por ella por teléfono.
La víctima recibió tres puntazos: en la oreja, en el cuello y el tercero en la espalda. Fueron heridas superficiales pero lo dejaron de rodillas en el suelo. "¿Qué te pasa?", alcanzó a gritar. El resto de los vecinos ya había empezado a salir de sus casas por los gritos. También salió la hija Iriart, pero ella lo hizo armada con una barreta.
La joven intentó golpear a la víctima pero erró el blanco. Antes de que volviera a la carga su papá le sacó la barreta y fue él quien le dio el golpe mortal en la cabeza a Cáceres Elgueta. "Matalo, matalo", lo alentaba su esposa, según el relato que hizo esta mañana en TN la nuera del hombre asesinado. Le pegó una vez más.
"Lo remató cuando estaba inconsciente en el piso", manifestó Miriam y afirmó: "No tuvo piedad". Su suegro agonizaba en la vereda ante la mirada horrorizada de su familia. Finalmente, murió la mañana del Año Nuevo en la Clínica de los Virreyes de Belgrano.
Su vecino, González, fue detenido poco después acusado por "homicidio" y se supo que tenía antecedentes penales. La nuera de la víctima dijo que "la esposa y la hija también tendrían que estar presos, porque son cómplices". Además, remarcó que se trata de una familia conflictiva que desde que llegó al barrio, hace 8 años, tuvo problemas con varios vecinos.
Cáceres Elgueta trabajaba como colectivero en la línea 503. Para cada Día del Niño, tenía por costumbre disfrazarse de payaso para divertir a los chicos.