La Suprema Corte de Justicia rechazó un recurso presentado por la defensa de Julieta Silva, la joven condenada a 3 años y 9 meses de prisión por atropellar y matar a su novio Genaro Fortunato en Mendoza, y este mismo miércoles sería trasladada nuevamente a un calabozo.
Tras la ratificación del fallo que la condenó por "homicidio culposo" en septiembre de 2018, el beneficio del arresto domiciliario quedó sin efecto y Silva tendrá que terminar de cumplir su pena en la cárcel de San Rafael.
Tras esa sentencia, tanto la fiscalía como la defensa, a cargo de Alejandro Cazabán, apelaron el fallo del Tribunal Penal Colegiado 1 de esa localidad mendocina. El objetivo de Cazabán era que la mujer quedara libre, al entender que había sido condenada por un delito excarcelable.
El recurso para que la mujer cumpliera el resto de la pena en libertad no consiguió luz verde y la Corte ordenó que fuera trasladada a la penitenciaría, donde debería seguir presa hasta mediados del año que viene.
Antes de volver a la cárcel, la condenada dio una entrevista al sitio Andino y habló sobre su situación personal, la relación con los hijos y dio detalles sobre cómo la Justicia controla sus movimientos y los rumores de que ella no estaba cumpliendo con la restricción.
"El día que me llevaron a la cárcel les dije (a sus hijos) que iba a volver", recuerda con lágrimas en los ojos. En ese momento pasó apenas poco más de un mes presa hasta que le otorgaron la prisión domiciliaria. "El reencuentro fue tremendo", remarcó. Sin embargo, trató de preservar a los chicos, que entonces tenían 5 y 10 años, todo lo que pudo. Pero no fue mucho tiempo.
"Un día mi hijo mayor estaba buscando un juego en internet y salió mi nombre", detalló sobre cómo se enteraron finalmente de lo que había ocurrido. "Tuve que sentarme y explicarle lo que pasaba afuera", dijo.
Por momentos se quedaba en silencio, o se le entrecortaba la voz. Así señaló que lo más difícil para su hijo, que ahora está entrando en la adolescencia, fue la vergüenza. También lidiar con el recuerdo de ese mes que estuvieron separados. Por ese motivo, dijo, al nene no le gusta mucho salir de su casa. "Le quedó el miedo de volver y que yo ya no estuviera", cerró.
El caso
El hecho ocurrió el 9 de setiembre del 2017 en la puerta del boliche Mona, en San Rafael. Esa noche Julieta y Genaro discutieron y la mujer decidió irse sola del lugar, pero su novio la siguió.
En la calle siguió la pelea y él trató de impedir que se fuera subiéndose al capó del auto. La mujer arrancó justo cuando el joven rugbier cayó al piso y lo atropelló.
Después dio un giro en U y volvió a pasarle por encima, cuando ya estaba en el suelo. Ella aseguró no haberlo visto porque estaba muy oscuro, llovía y no tenía puestos sus anteojos.
En el debate los jueces entendieron que Julieta actuó con "negligencia e imprudencia", y que no hubo dolo para matar a la víctima. En base a eso, descartaron la figura de homicidio simple con dolo eventual y la condenaron por un hecho culposo.
