La peor sospecha se había confirmado. Su hija, una nena de 14 años discapacitada, había sido abusada sexualmente por el remisero que tenía que llevarla al colegio dentro de su casa en la capital de Santiago del Estero. Entonces se empezó a gestar la venganza. A través de un engaño, la familia se reunió con el acusado y casi lo linchan.
Desde hace varios años la mujer paga una cuota mensual para que todos los días un auto pase a buscar a su hija, ya que ella trabaja en ese horario como enfermera. El miércoles, aunque había avisado a la empresa que no había clases, el chofer pasó por su casa igual.
La chica estaba todavía acostada en su cama y el hombre no tuvo compasión. La violó y después escapó, como si nada hubiera pasado. Su mamá llegó al mediodía y recién entonces empezó a descubrir los indicios del espanto.
Las sábanas de la cama estaban en el piso, la habitación desordenada y la ropa de la menor, mojada. Al interrogarla sobre lo que había pasado en su ausencia, lo confirmó. El hombre, de 37 años, se había aprovechado de su vulnerabilidad.
Pero decidieron no esperar a la justicia. Lo citaron a través de una mentira en una estación de servicio, lo esperaron y cuando apareció, le dieron una paliza brutal que quedó filmada en un teléfono celular y se viralizó en las redes.
Lo rescató la policía y el sospechoso fue trasladado al Hospital Regional, donde lo asistieron por las heridas que presentaba.