"Ojalá sea Paula, pero hay que esperar", dijo ayer Alberto Perassi, en relación a los restos óseos encontrados por un grupo de pescadores en la zona costera del río Paraná, Santa Fe. Su hija murió después de que su amante y la esposa de él la secuestraran y la obligaran a abortar en 2011, pero nunca encontraron su cuerpo.
En medio de la sorpresa y la expectativa por el hallazgo a casi 10 años de la desaparición de Paula Perassi, las primeras pericias realizadas por el equipo de antropólogos a cargo de Juan Nóbile no pudieron todavía determinar si pertenecen a la mujer asesinada.
De acuerdo a la información que dio el fiscal Leandro Lucente de la Unidad Fiscal de San Lorenzo a los medios locales, los huesos corresponderían a un hombre y una mujer de unos 40 años y ya fueron enviados al Laboratorio Antropológico Forense de Capital Federal para lograr identificarlos.
El fiscal sostuvo que, aunque no se pudo establecer la data de la muerte, los restos fueron arrojados no hace mucho tiempo en el lugar donde los encontraron y pidió un relevamiento de las cámaras de seguridad ubicadas en la zona.
Alberto, el padre de la mujer desaparecida, recibió la noticia y se acercó a la barranca mientras trabajaban los peritos. En diálogo con La Capital, afirmó: "Ojalá sea Paula, cada vez que aparece un dato así nos llena de expectativa, pero hay que esperar".
“En oportunidades anteriores nos hicimos ilusiones. Ahora también, pero sabemos que hay que esperar lo que diga el Equipo de Antropología Forenses. Ojalá podamos saber dónde está mi hija”, dijo el hombre, y remarcó: "No deja de ser una expectativa, pero también es una agonía constante. Eso es lo que ocurre cuando hay una desaparición de una persona, nunca se termina de hacer el duelo”.
