Un gato sobre una bandeja de telgopor, comida para mascotas tirada en fuentes de plástico, películas pornográficas, un colchón cubierto por una sábana sucia, decenas de tachos de plástico vacíos y un monitor viejo, cubierto de tierra. Esos son algunos de los elementos que encontró la policía en la casa de Nicolás Gil Pereg, preso por el doble crimen de su mamá y de su tía en Mendoza.
Las fotos dan cuenta de una verdadera casa del horror, donde fueron asesinadas y enterradas Lily Pereg y Pyrhia Sarusi. Esa vivienda fue uno de los puntos que despertó la sospecha de los investigadores, ya que el ahora detenido, cuando denunció la desaparición de sus familiares israelíes, había asegurado que ambas habían estado diez horas con él en ese lugar. Sin embargo, la falta de higiene y el hecho de que hubiera una sola silla despertó la duda en las autoridades.
En la casa de Gil Pereg, además, no había comida, ya que según trascendió solo consumía suplementos dietarios, de los que encontraron envases vacíos.
Mientras tanto, en los últimos días trascendió que el acusado, durante una audiencia, pidió ver el cuerpo de su madre. “Si usted dice que es mi mamá, ¿me deja verla?”, preguntó el israelí de 36 años. La respuesta fue breve, pero contundente: "No".
También había solicitado que la Justicia se hiciera cargo de sus dos gatos e incluso que se los llevaran a la cárcel, pedido que fue negado.
El viernes, el detenido fue trasladado a la Fiscalía de Homicidios, donde le notificaron de una modificación en su imputación por el uso de arma de fuego, ya que la autopsia determinó que su tía Pyrhia Sarusi había sido asesinada de tres disparos. Antes estaba calificado como homicidio simple.
El estado en el que se encontraron enterrados los cuerpos demoró que la Justicia pudiera determinar cómo había sido asesinada cada mujer. A partir de la autopsia se supo que a Sarusi le disparó con un arma calibre .38 (secuestrada en el lugar) y a su madre la mató a golpes. Ambas tenían hierros atravesados.
