El detenido por la violación de dos estudiantes en la localidad bonaerense de Punta Lara, una de las cuales terminó muerta a golpes y puñaladas, se declaró inocente ante la fiscal del caso y le apuntó a un conocido del barrio. Además, Ariel Osvaldo Báez, pidió que se le realice una prueba de ADN para desvincularse completamente del caso.
Al grito de "Van a poner mis fotos en Facebook. Miren que soy delincuente”, el acusado entró a la fiscalía de La Plata donde lo esperaba Virginia Bravo para su indagatoria. Sobre el brutal ataque, Báez señaló a otro vecino del barrio, un hombre conocido como "Johny" que hace poco salió de la cárcel, con quien estuvo horas antes que se cometiera el crimen tomando cerveza. A través de su abogado y para que no queden dudas de su inocencia, también pidió que lo sometieran a una prueba de ADN.
En la causa sin embargo, según reveló el diario Hoy, fue el detenido quien irrumpió por la fuerza con un arma calibre .38 en la casa de la calle 126 el sábado por la noche. El hombre habría preguntado por la expareja de María Emma Córdoba. Era con él con quien aparentemente tenía un problema y, como no lo encontró, advirtió: “Ahora va a aprender a no meterse conmigo”.
En ese momento empezó el calvario para Emma y su compañera, Ana Laura González. Las ató, las humilló, las abusó sexualmente, les pegó y las apuñaló. Después, para asegurarse de terminar lo que había empezado, quiso prender fuego la casa con ellas adentro. Pero Laura sobrevivió. Ella fue quien lo acusó cuando pudo salir a pedir ayuda. Desde entonces, la joven permanece internada en el hospital Cestino de Ensenada, todavía en estado de shock.
