La Justicia investiga si el crimen de Candela Sol Rodríguez, secuestrada y asesinada en 2011 en Hurligham, se trató de una venganza por tráfico de drogas contra la familia de la nena.
Esta nueva hipótesis, que se suma a la de un ajuste de cuentas contra el padre de la víctima Alfredo Rodríguez por piratería del asfalto, movilizó los expedientes de la causa. Desde la semana pasada, el fiscal del caso Mario Ferreiro cuenta con el nombre de un posible autor del hecho que fue revelado por un testigo de identidad reservada, tal como publicó el diario La Nación.
A su vez, el letrado maneja los nombres de los supuestos secuestradores y las direcciones de viviendas donde Candela habría permanecido cautiva.
Este nuevo canal de investigación sostiene que el asesino sería un detenido por drogas que habría participado en "trabajos sucios" para bandas que operan en la zona de San Martín, San Miguel y José C. Paz.
Según el matutino, este planteo guarda relación con la idea manejada por la Comisión Investigadora del Senado bonaerense que criticó la investigación policial y judicial del primer fiscal y del primer juez.
