Durante tres meses, una adolescente de 17 años se convirtió en rehén de su propio novio, dos años mayor que ella. La retuvo cautiva en su casa de la localidad santafesina de Pueblo Esther hasta el miércoles pasado, cuando su propia madre fue a denunciarlo a la policía. Le dieron arresto domiciliario.
La policía pudo rescatar a la chica, a quien encontró golpeada y encerrada dentro de un habitación. Ni entonces sin embargo se amedrentó el captor, que los siguió hasta la subcomisaría 15ta donde la llevaron y desde la puerta le gritó: “Vos no te vas a ir a ningún lado, te vas a quedar conmigo o te voy a matar”.
La acusación del fiscal en contra del joven de 19 años fue por privación ilegítima de la libertad agravada por violencia y duración, una imputación que fue avalada por el juez Juan Carlos Leiva, quien le dictó prisión domiciliaria con tobillera de control por 60 días.
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En la misma audiencia lo imputaron además un robo en calidad de coautor ocurrido el 5 de junio pasado, cuando con un cómplice sacaron las baterías del motor de un auto que estaba estacionado sobre la calle Uruguay al 1200 y se dieron a la fuga.
