Volvían de la facultad en auto. Uno de los compañeros estaba llevando al otro a su casa en San Antonio de Padua. De repente, otro vehículo los encerró y, a punta de pistola, los obligó a bajar.
"En la calle Solís y Pellegrini me cruzan un auto, se bajan dos ladrones, me apuntan con el arma, abro la puerta y le dijo 'llevate el auto'. Me suben a mi compañero y a mí en el auto de ellos", relató Néstor, una de la víctimas al canal de noticias C5N.
A bordo del auto de los delincuentes comenzó una verdadera pesadilla. Un interrogatorio sin fin para averiguar a qué se dedicaban. "Mi compañero dijo que era profesor de música y lo metieron en el baúl y me pidieron 30 mil dólares. Me hicieron llamar a familiares", relató.
Para lograr su cometido, intimidar a quien atendiera el teléfono, uno de los delincuentes le daba instrucciones precisas a uno de los jóvenes. "Me decía hablale tranquilo. Te tienen que juntar la plata. Si no lo hacen, te llevamos a un galpón y te tenemos varios días guardados", describió cómo lo amenazaron.
El lugar acordado para el pago del rescate fue la estación de Padua. Cuando estaban por llegar al lugar un patrullero comenzó a seguir el auto pero los delincuentes lograron escapar. Cambiaron el lugar de entrega del dinero: esta vez, la estación de Ituzaingó. "Un ladrón se bajó del auto y se vio cara a cara con mi hermano, que hizo la entrega”, afirmó.
A 20 cuadras, los secuestradores liberaron a Néstor y a su compañero. Los secuestradores les dieron una última indicación: que corrieran hasta la esquina y que doblaran sin mirar hacia atrás. Todo terminó ahí pero el recuerdo del hecho sigue presente. “Ahora cuando manejo voy más precavido, me persigo más”, concluyó.
