Néstor Montiel, el detenido por el crimen de la comerciante Nadia Arrieta, había sido condenado en 2004 a 18 años de prisión por haber apuñalado en 2001 a los cuatro integrantes de una familia. En esa oportunidad, después de dos horas en las que también consumió cocaína, ató a sus víctimas con cinta de embalar, abusó sexualmente de la hija de 15 años y antes de escapar les robó 1.800 dólares.
En las últimas horas trascendieron los aberrantes antecedentes del hombre que era buscado por el asesinato de la joven en Villa Tesei y que, por un día y medio, logró mantenerse prófugo. Cayó finalmente durante el mediodía de ayer en Sarandí, cuando estaba a punto de encontrarse con su novia. Se había rapado el pelo y tenía la barba crecida.
La clave para acorralar a Montiel fue el seguimiento y las escuchas directas que la Justicia había ordenado sobre un número de teléfono celular que usaba el sospechoso y que quedó incorporado a la investigación gracias a que la propia víctima la dejó anotado en un papel encontrado en la escena del crimen.
Después de negarse a declarar, seguirá detenido en la comisaría 1ra. de Morón por el delito de homicidio agravado por violencia de género.
