Después del impacto que causó en las últimas horas un video en el que se ve desnudo y actuando como un animal a Nicolás Gil Pereg dentro de su celda, el israelí acusado por el doble crimen de su mamá y su tía volvió a la carga con otro pedido, por lo menos, extraño.
Lo hizo tras la presentación de un hábeas corpus que hicieron sus abogados, preocupados por su estado de salud. El imputado tuvo entonces la posibilidad de ser escuchado por el juez y planteó que no le molesta el encierro pero que, como él "es un gato", no le interesa estar con personas sino que "necesita estar con sus 37 felinos".
// Desde su celda, el asesino de las hermanas israelíes maulló y lanzó arañazos a los guardias
En ese sentido, Gil Pereg propuso tres alternativas. Una sería volver con sus gatos a su casa, la misma en donde a fines de enero encontraron enterrados los cuerpos de Pyrhia Saroussy y Lily Pereg, con el compromiso de "dejar el portón abierto" para que pueda ser custodiado por los policías.
Una segunda opción es que tanto él como sus 37 "hijos gatos" sean alojados en una jaula del Zoológico de Mendoza o, por último, que le llevaran sus mascotas a la celda que ocupa en el penal San Felipe, donde está preso.
Según publicó El Sol, Gil Pereg aseguró que está "estresado" y que siente como un "fuego que le quema el cuerpo" por esta situación de estar lejos de sus animales."Esta es la clase de comentarios no tienen racionalidad y evidentemente dan cuenta de un desorden psiquiátrico. Esto debe ser tratado en un establecimiento adecuado", dijo uno de sus abogados, Maximiliano Legrand.
Para la defensa, el comportamiento del israelí es "casi el de un demente o un psicótico", por lo que debería ser trasladado al hospital neuropsiquiátrico El Sauce.
