En las últimas horas, la Policía de la Ciudad encontró los US$ 20 mil que le habían robado a Roberto Fernández Montes, el empresario español asesinado. La plata estaba escondida en la rueda de auxilio del auto de Santiago Corona, yerno de la víctima y uno de los detenidos por el crimen. El abogado de las hijas del empresario, Matías Morla, explicó que la familia cree que las dos personas detenidas son los autores materiales del hecho y no descartó que haya una tercera persona implicada.
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"Gracias a Dios, por la cámara de video, no cabe duda que estos dos asesinos son los autores del hecho y tampoco cabe duda que son dos imbéciles que usaron guantes de látex y se olvidaron que los estaban filmando", dijo el querellante.
Morla explicó que la autopsia no pudo determinar la causa de la muerte y que se buscará la opinión de peritos forenses para saber cómo mataron a Fernández Montes. Por esta razón, la familia aún no pudo despedir a la víctima.
El abogado reveló también un dato clave: descubrieron una póliza de seguro que uno de los presuntos asesinos habría fraguado para cobrar la indemnización.
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Fernández Montes fue asesinado el sábado en su departamento de Caballito, donde faltaban sábanas y dinero en efectivo. A través de las cámaras de seguridad, Gisele, la hija menor del empresario, pudo ver cómo dos personas bajaban un bulto y lo cargaban en el baúl de un auto. Esas dos personas fueron identificadas por la Justicia como el propio Corona y César Arce López, un empleado de la constructora apodado "El Mecánico". Ambos quedaron detenidos.
Hasta el momento, Corona se negó a declarar. Por su pate, Arce López negó ser una de las personas que aparecen en las grabaciones de la cámara de seguridad y se declaró inocente.
Los videos que incriminan a los detenidos
Las filmaciones de cámaras de seguridad del edificio de Caballito donde vivía Fernández Montes no dejan lugar a dudas. En la grabación se puede ver cuando Arce López llega al lugar vestido de una manera y, horas más tarde, junto a Corona, sale con otra ropa, llevando lo que parecería ser el cuerpo del empresario.
Son dos cámaras que están ubicadas en el palier del edificio y en el garage. Los investigadores creen que los presuntos autores del crimen confiaron en que los aparatos no estaban funcionando cuando se produjo el hecho. Por eso, actúan con total impunidad, sin cubrir sus caras, cambiando su vestimenta y usando guantes en todo momento.
