La Justicia de Brasil lo busca desde 2013 por fugarse de una cárcel. Ahora también lo persigue la Policía de la Argentina por protagonizar siete robos en 15 días en el Gran Buenos Aires.
Se trata de Jimmy Medina Ávila, un joven chileno de 27 años que formó parte del Comando Vermelho (CV), una de las dos mayores bandas criminales en territorio brasileño.
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Para salir del radar de la Policía de Brasil, Medina Ávila cruzó en febrero la frontera hacia la Argentina. Los investigadores lo detectaron por primera vez el 11 de junio al protagonizar un robo en el Camino General Belgrano al 2200, en La Plata, y al día siguiente en Giambiagi al 2600, en Bella Vista.
Luego de unos días volvió a actuar en la Avenida San Martín al 3500, también de Bella Vista. Ese mismo día operó en Los Paraísos al 1900, de Los Polvorines.
El 26 de junio cometió tantos robos como pudo: primero lo detectaron en Avenida Perón y Camino del Buen Ayre, a la altura de Ituzaingó, luego en la calle Brumana al 800, Bella Vista, y finalmente en Aristóbulo del Valle y General Campos, en San Miguel, según pudo saber TN.com.ar de fuentes de seguridad.
El 30 de junio los policías bonaerenses lo descubrieron dando vueltas por la zona de San Miguel, lo persiguieron por 30 cuadras, lo obligaron a abandonar su Volkswagen Polo pero no lo pudieron atrapar, ya que escapó corriendo.
Una vez que revisaron el interior del auto, los detectives encontraron la factura de un estacionamiento de la Ciudad de Buenos Aires. Cuando fueron allí, dieron con un cómplice, al que detuvieron. También obtuvieron el nombre de quién sería justamente Jimmy Medina Ávila y un tercer sospechoso, como publicó La Nación.
En ese momento, la fiscal del caso, Liliana Tricarico, comprobó que Medina Ávila tenía un pedido de captura de Brasil por haberse escapado el 14 de octubre de 2013 de la cárcel Casa do Albergado Crispim Ventino.
También por haber formado parte de la célula del CV que realizó varios robos a joyerías entre 2016 y 2017 en la zona de Morro do Fallet y Fogueteiro, Río Comprido.
En consecuencia, la Justicia de Brasil ofreció hasta un millón de reales (14 millones de pesos o 185 mil dólares) para aquella persona que pudiera dar información que hiciera posible su detención. Ahora también lo buscan en la Argentina por la ola de robos en el Gran Buenos Aires.