El fiscal general de San Martín, Marcelo Lapargo, consideró que hay varios testimonios “sólidos e indubitables” en la causa que investiga al cura Carlos José por presunto abuso sexual de menores. El funcionario judicial que lleva el caso manifestó que todas las víctimas se contactaron y buscaron refugiarse en la Iglesia y agregó: “Tuvieron una respuesta que de alguna manera verifica que los hechos existieron”.
Este lunes Mailín Gobbo contó a TN el calvario que sufrió cuando era chica en la Parroquia San José Obrero de la localidad bonaerense de Caseros. La chica iba al colegio que dependía de esa capilla y relató que José la abusaba en un sótano y la obligaba a sentarse en sus rodillas cuando se confesaba para tocarle las partes íntimas. La denuncia judicial se presentó en abril.
La mamá de la víctima relató cómo fue el encuentro con el sacedote cuando lo enfrentó por el daño que le había hecho a su hija: "Él venía a comer a casa. Charlábamos mucho, y siempre decía que sus hermanos habían hecho sufrir a sus padres. Pero yo le dije que él era el peor de todos ellos, porque era un degenerado. Por un lado lo negaba, pero se tapaba la cara. Admitió lo que le había hecho a mi hija, y dijo que lo sentía y preguntó cómo podria remediarlo", señaló.
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Lapargo detalló que el cura está investigado por “abusos sexuales simples y gravemente ultrajantes”, un delito que tiene una pena de al menos ocho años. También, dijo que aunque el acusado no se presentó ante la Justicia “hay varios indicios de que tiene conocimiento de la causa”.
Además, el fiscal explicó que su condición no le da ninguna protección especial, sino que aumenta su responsabilidad. “Estar a cargo de menores es un agravante sea cura o no. Como aparte profesa la fe y su autoridad se basa en ese eje es mucho más grave”, afirmó.
Marcelo Lapargo también pidió que si alguna persona se siente víctima de este sacerdote se presente en la fiscalía 14 de San Martín, ubicada en Ricardo Balbín 1753.
