“Lamento informarles que su hijo falleció y que está en la morgue de Venado Tuerto”. Esas fueron las palabras que un policía les dijo a los papás de Valentino Pájaro cuando, desesperados, buscaban saber qué había pasado con su hijo la madrugada del 9 de diciembre de 2023.
Valentino, de 16 años, murió tras ser embestido desde atrás por un Hyundai Genesis mientras manejaba su moto Gilera 110 por la Ruta 8, a las 4.20. Viajaba rumbo a Wheelwright con su amigo, Emiliano Cruz, que por entonces tenía 19 años. Ambos habían salido de Colón y se dirigían a la casa de unas amigas en el pueblo.
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El conductor del auto, Gianfranco Piaggio, que tenía 26 años al momento del hecho, dio positivo en alcoholemia y manejaba a 184 km/h, según la pericia accidentológica oficial. El impacto fue directo y por alcance. Valentino murió en el acto. Emiliano estuvo 29 días internado en San Nicolás y sufrió la amputación de un pie: hoy camina con una prótesis.

El imputado y su acompañante -ambos de Colón, igual que Valentino- también se dirigían a Wheelwright esa madrugada. Según contó la mamá del adolescente, Carolina Giles, el amigo que iba en el asiento delantero declaró que venían tomando alcohol en el auto y que, después de pasar por un badén que hizo volcar el vaso, se pasó al asiento trasero. Esa información le llegó a ella a través del padre del acompañante.
Carolina trabaja en el hospital de Colón. Ese día entró a las 6 sin saber que su hijo había tenido un accidente dos horas antes. “A las 7.30 vinieron a avisarme que Valentino había tenido un choque y que lo habían llevado a Wheelwright. Salí corriendo”, recordó en diálogo con TN.
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Cuando llegó al hospital no encontró a nadie. Buscando información, vio un patrullero. “Le pregunté al policía si sabía algo. Me miró y me dijo: ‘¿Su hijo iba en una moto negra con manubrio turquesa?’. Mi marido dijo que sí. Y ahí nos dijo: ‘Señora, lamento informarles que su hijo falleció. Está en la morgue de Venado Tuerto’”.
“Nunca nos dijeron que estaba muerto hasta que lo encontramos nosotros”, agregó. La familia manejó una hora y media hasta la morgue y tuvo que reconocer el cuerpo. Regresaron a Colón cerca del mediodía.
La pericia: 184 km/h y alcoholemia positiva
El informe accidentológico fue determinante:
- Piaggio, imputado por homicidio culposo agravado, manejaba a 184,356 km/h.
- Frenó durante 191 metros antes del choque.
- La moto circulaba correctamente y por su carril.
- No hubo invasión de carril ni maniobras irregulares por parte de la Gilera.
- El conductor del auto estaba afectado por el “efecto túnel” propio de las velocidades extremas.

Durante semanas, la familia creyó que había sido un accidente inevitable. Recién cuando accedieron a la pericia reconstruyeron lo ocurrido. “El fiscal nos dijo la verdad cuando pudimos ver el expediente: iba a 184 por hora. Venía de un boliche y lo habían sacado alcoholizado. Lo vio mucha gente en la plaza de Colón dando vueltas. Mi hijo no tenía cómo salvarse”, aseguró Carolina.
El 11 de diciembre, el fiscal Julián Cochero le informó a Carolina que la acusación contra Piaggio ya está presentada y que ahora solo resta fijar la fecha de la audiencia preliminar, donde se definirá si la causa se eleva a juicio.
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Al mismo tiempo, le comunicó que la defensa del imputado -que sigue el proceso en libertad- propuso un juicio abreviado. Carolina lo rechazó de inmediato: “No acepto el abreviado y no estoy de acuerdo con la propuesta de la defensa. Lo único que pido es justicia. No puedo permitir que esto quede en nada”.


