La ciudad de Necochea sigue conmocionada por la desaparición de Débora Bulacio, una mujer de 38 años oriunda de Parque Villa Cacique, que fue vista por última vez el domingo en el camping Miguel Lillo.
Este martes, los investigadores encontraron una carpa con rastros de sangre y un olor compatible con putrefacción, en un nuevo punto del operativo que podría resultar clave para el avance de la causa.
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La carpa, que pertenecía a Débora y a su pareja, fue hallada embolsada y cerrada —como si hubiera sido preparada para ser descartada— cerca del Parador 38, en un sector ubicado a unos tres kilómetros del camping por camino de tierra, aunque la distancia es menor por la playa. También se encontraron elementos de maquillaje que aparentemente pertenecían a Débora.
Tras el hallazgo, todo el operativo de búsqueda se trasladó a esa zona, donde trabajan la Policía Científica, la DDI y personal de la UFI N° 20 de Necochea, que tiene a cargo la investigación.

El principal sospechoso es Ángel Andrés Gutiérrez, pareja de la mujer, quien fue detenido e imputado por “Homicidio doblemente calificado por el vínculo y mediando violencia de género (femicidio)”. Según fuentes judiciales, el hombre fue encontrado haciendo dedo sobre la ruta luego de intentar abandonar la ciudad. Al ser interrogado, se mostró evasivo y dijo no recordar nada. Los investigadores esperan que confiese en las próximas horas.
Uno de los testimonios más importantes del expediente es el del sereno del camping, quien declaró haber escuchado una fuerte discusión durante la madrugada previa a la desaparición. “Escuché gritos y ruidos fuertes”, relató. Según su versión, alrededor de las 4.30 vio a Gutiérrez regresar solo y dirigirse a las duchas para bañarse. Más tarde, cerca de las 8.30, el hombre intentó retirarse del predio por un camino trasero, lo que alertó al sereno, que dio aviso inmediato a la policía.
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En el área donde estaba instalada la carpa, la División Canes marcó un trayecto de unos 50 metros con signos de arrastre hasta un hueco en el alambrado, lo que orientó las primeras hipótesis sobre el posible movimiento de un cuerpo. En ese mismo punto se hallaron prendas con manchas de sangre y otros objetos personales de la pareja.
Mientras tanto, los equipos de rastrillaje mantienen los operativos en toda la zona costera, el Parque Miguel Lillo, el Lago de los Cisnes y el sector del parque eólico.
La hija de Débora, Tania, brindó su testimonio a TN y reconstruyó las últimas comunicaciones con su madre. “A las 10 de la noche del sábado me mandó un audio diciendo que había conseguido wifi y que me amaba. Al día siguiente le respondí, pero ya no le llegaban los mensajes”, contó.
La joven explicó que su madre le había dicho que estaba en Necochea con su pareja. “Me mandó un video mostrándome que estaban en la playa. Le pregunté qué hacía ahí, porque ella era muy espontánea. Me contó que salieron a hacer dedo y terminaron allá”, relató.
Según Tania, su madre conocía a Gutiérrez desde chica, porque ambos vivían en el mismo pueblo, y se habían puesto de novios hacía algunos años. “A veces terminaban, después volvían. Estos últimos meses estuvieron juntos, festejaron su cumpleaños, comieron asado... me contaba las cosas buenas”, recordó.
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Sin embargo, con el tiempo la relación se volvió conflictiva. “Yo lo conocía, al principio me llevaba bien, pero después me empezó a caer mal. No quería verlo. Algo me había enterado de que tenía una causa por violencia de género, porque en el pueblo se sabe todo. Mi mamá conmigo nunca habló de las peleas, pero una vez me dijo que me entendía porque sabía lo que era estar enamorada de alguien y volver a caer”, dijo.
Entre lágrimas, la joven sostuvo que mantiene la esperanza de encontrarla con vida. “Estoy por viajar a Necochea. Tengo dos hermanos, uno grande y uno chico, y están muy afectados. Desde que me enteré, fue como una película de terror. Mi mamá es una persona que siempre estuvo con nosotros, presente. Es capaz de mover cielo y tierra por sus hijos”.



