A Gloria Romero le cuesta hablar sin quebrarse. La voz se le entrecorta y llora cada vez que menciona a su hija. Desde un pueblo lejos de la ciudad, donde vive bajo custodia permanente, la mamá de Cecilia Strzyzowski habló en exclusiva con TN sobre el juicio que empezará el martes y sobre el dolor que no la abandona desde que su hija fue asesinada en 2023.
Los principales acusados -por homicidio doblemente agravado- son César Sena y sus padres: Marcela Acuña y Emerenciano Sena. El juicio será por jurados. Hay otras cuatro personas que serán juzgadas por el delito de encubrimiento agravado.
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Gloria Romero: “Les preguntaría a los miembros del jurado qué harían en mi lugar”
“Si yo tuviera al jurado enfrente, les diría que miren a sus hijos. Que piensen lo que cuesta criarlos, lo que vale cada uno, y que después imaginen que alguien venga y no te deje nada, ni siquiera una respuesta. ¿Qué harían ellos en mi lugar?”, se preguntó con la mirada fija en la cámara.
Dijo que el último Día de la Madre fue el más duro de su vida. “Vos decís que el tiempo va a borrar todo, pero no. El tiempo lo empeora. Cada año que pasa me doy cuenta de que Cecilia nunca va a volver, que nunca la voy a tener, que nunca la voy a volver a abrazar”, expresó.
Entre lágrimas, recordó lo que más le duele: “Las charlas que teníamos con Ceci eran que si yo algún día me moría, ella me iba a poner en una urna arriba de la mesita de luz para seguir chusmeando. Y ni eso me dejaron. Lo único que tengo de ella es un mechón de pelo”.
“No me quitaron solo a mi hija, me quitaron la posibilidad de ver a mi nieto. César no mostró ningún tipo de arrepentimiento. Era su mujer y estaba embarazada, y ni eso la conmovió. Al contrario, se pone en lugar de una víctima”, reveló.

A casi dos años del crimen, sigue sin entender qué pasó. “Yo me he preguntado millones de veces por qué lo hicieron. Me repito una y otra vez la última vez que lo vi a César, cuando vino a dejarme la perrita y los diez mil pesos para el veterinario. Parecía tranquilo, me prometió que la iba a cuidar. Me dijo ‘por Ceci, la vida’. Y después me la mató”.
Gloria todavía no puede borrar de su cabeza los mensajes y las actitudes que su hija tuvo que soportar. “La manipulaba con el tema del suicidio, que se quería matar si la dejaba. Cecilia era muy protectora. Una vez se tiró adelante de un colectivo para salvar a un perro, imaginate lo que haría por alguien que ama. Este hijo de puta mató a la persona que más lo quiso. Era una mujer buena, soñadora, solidaria”
El recuerdo de la campera quemada, hallada en uno de los operativos y con la cual Gloria se quebró cuando intentaba reconocer las cosas de su hija, sigue siendo un golpe al alma. “Nunca me voy a olvidar de ese trocito de tela. Fue el último abrazo de mi hija, el último olor. Me quitaron todo”, dijo.

También habló del proceso judicial que comienza este martes. “Ya pasaron dos años y se acerca el final. Por un lado, me da un poco de paz, pero también incertidumbre. Depende de un jurado, y espero que sean humanos, que se pongan en el lugar de una madre a la que le quitaron hasta el derecho de enterrar a su hija. Porque acá no solo la mataron: la pulverizaron. Yo no tengo ni siquiera el cuerpo de mi hija”, dijo.
Con bronca e impotencia, remarcó: “No vi ni una pizca de arrepentimiento. Se hacen las víctimas, hablan de persecución política. Están haciendo política desde la cárcel. No hay remordimiento, no hay dolor”.
Y cerró con un pedido: “Yo no quiero que otra mamá tenga que pasar por el infierno que yo pasé. Podés sentir empatía, pero nunca vas a sentir lo que yo siento. No hay paz, no hay descanso. Navidad, Año Nuevo, el Día de la Madre... todo tiene un vacío que no se llena más”.
Amante de los animales y soñadora
Desde muy chica, a Cecilia le encantaba bailar, hacer danza contemporánea y actuar. También era amante de los animales. “Siempre me decía que cuando tuviera plata se iba a poner un refugio”, contó Gloria. Pero ella soñaba con llegar a la televisión. “Era muy extrovertida”, recordó.
La mujer reveló que el embarazo de su primera hija fue buscado. “Me costó mucho quedarme embarazada. No podía tener hijos y fue muy difícil. Tuve que tener acciones médicas diarias”, dijo.
“Cuando nació, la abracé muy fuerte y no quería que la pongan en la incubadora. No querían que me la saquen. Y vino este hijo de puta y me la arrancó”, contó entre lágrimas.
Luego de independizarse, la joven chaqueña decidió irse a vivir con su tía abuela en el barrio Emerenciano. Es que, en enero del 2022, conoció a César Sena a través de Tinder.
Desde el principio, su relación estuvo marcada por la mentira. Él le dijo que era arquitecto y que tenía 27 años, cuando en realidad era docente y tenía 20.
Cecilia atravesaba problemas de salud mental y pasó casi un año medicada tras ser diagnosticada con el síndrome de burnout, un agotamiento profesional o emocional que produce el estrés. También sufría de ansiedad y problemas para dormir. Todo esto se despertó meses después de haberse casado con su pareja.

Esto ocurrió en septiembre del 2022, cuando Sena le pidió matrimonio y le regaló un anillo de compromiso con una piedra transparente y brillante que luego aparecería quemado. Se casaron por civil y planearon una fiesta para más adelante.
En ese entonces, Cecilia trabajaba en el Centro de Salud del Barrio Emerenciano. Duró poco tiempo, debido a la desaprobación de su suegra, que le pidió que continuara trabajando desde la casa, realizando tareas de planillas de Excel. “No la quería ni ver. La odiaba”, había dicho un testigo.

Después, para que su hijo pueda solventarse económicamente, Acuña les dio dinero para poner una cafetería llamada “Gato negro”. El alquiler estaba a nombre de Cecilia, pero la garantía pertenecía a su suegra.
El negocio no tuvo éxito y cerró a los pocos meses. En ese momento, confirmó Gloria a TN, Cecilia estaba esperando un hijo de César y necesitaban salir adelante de alguna forma.
Como no podían sostener un trabajo estable, a mediados de 2023, él la convenció con irse a vivir al sur. Le prometió una nueva vida en Ushuaia.
Según le contó a sus familiares, Acuña les había conseguido un trabajo estable y una casa. “Le dijeron que iba a cobrar 350.000 en una empresa como administrativa”, dijo el mismo testigo que declaró en la causa.
Cecilia creyó en esa ilusión. Buscó pasajes, averiguó precios, hasta buscó en Google dónde comprar chocolates en Buenos Aires, una de las escalas antes de radicarse en el sur. Pero esos boletos nunca existieron.
Del viaje soñado al crimen atroz
El 1° de junio de 2023, Cecilia y César pasaron la noche juntos en un alojamiento de Resistencia. A la mañana siguiente, a las 9:14, una cámara los registró llegando a la casa de los Sena, en la calle Santa María de Oro. Ella bajó con una valija en la mano. Nunca más se la volvió a ver.

La Justicia cree que la golpearon y la estrangularon dentro de esa vivienda, y que luego intentaron hacer desaparecer su cuerpo quemándolo en la famosa “chanchería” en Resistencia, propiedad de Emerenciano, el suegro de Cecilia, todo con la ayuda de sus colaboradores.
Para la familia, en ese momento la joven chaqueña ya estaba en Buenos Aires. Incluso, César habría utilizado su celular para hacerse pasar por ella. “Ya estamos en Caba, es hermoso”, le mandó a la hermana de la víctima el día de la desaparición. Después, el propio acusado fingió haber tenido una pelea antes del vuelo y aseguró: “Se fue con un amante y me dejó”.
Para la Justicia, el viaje habría sido una coartada con la cual César y su mamá habrían planificado terminar con la vida de Cecilia. De la investigación surgieron datos sobre la violencia psicológica, física y económica que atravesaba la joven chaqueña. No solo de su pareja, sino también de parte de su suegra.
El cuerpo de Cecilia nunca fue hallado, o al menos no se pudieron analizar en profundidad los huesos que fueron encontrados esparcidos en las distintas propiedades de los Sena. Lo que no dejó dudas sobre su asesinato fueron manchas de sangre encontradas en los muebles de la casa del matrimonio piquetero, la ropa y pertenencias quemadas -incluida la valija- en un descampado en Resistencia, y hasta estaba el anillo que César le había regalado en su compromiso.

Así será el juicio por jurados contra el clan Sena
Este martes arranca en el Centro de Estudios Judiciales de Resistencia el juicio por jurados más esperado de los últimos años en Chaco. Serán 17 audiencias en las que un jurado popular definirá la responsabilidad penal de los siete imputados.
El principal acusado es César Mario Alejandro Sena, su expareja, acusado de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por haberse cometido en contexto de violencia de género. Sus padres, Emerenciano Sena y Marcela Acuña, llegan al debate procesados y con prisión preventiva por el mismo delito, pero como partícipes primarios.

Los demás acusados —Fabiana González, José Gustavo Obregón, Gustavo Melgarejo y Griselda Reinoso— están procesados por encubrimiento agravado.
El juicio será transmitido en vivo por el canal de YouTube del Poder Judicial del Chaco. El equipo fiscal lo integran Juan Martín Bogado, Jorge Cáceres Olivera y Nelia Velázquez. La querella la encabezan Gustavo Briend, en representación de Gloria Romero, y los abogados Juan Ignacio Díaz y Sonia Valenzuela.
Las audiencias se extenderán hasta el 20 de noviembre. Será el momento en que, por fin, Gloria pueda mirar a los acusados a los ojos y repetir lo que ya dijo a TN: “A mí la Justicia no me va a devolver a mi hija. Pero necesito que al menos la piensen como una persona, no como una bolsa de basura”.


