Delfina Escobar vive en el barrio de Liniers y cada dos meses lleva su auto, un Citroën C3 blanco modelo 2018, a un lavadero de confianza a siete cuadras de su casa. El sábado 11 de octubre, sin embargo, lo que era una rutina terminó en un insólito robo.
“Lo dejé como siempre, a las 13.30. Me tomaron mis datos, mi nombre y mi teléfono”, contó Delfina en diálogo con TN. Una hora y media después le pidió a su novio, Gonzalo, que fuera a retirarlo. Pero cuando él llegó, el vehículo ya no estaba.
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De inmediato, y sin entender muy bien lo que pasaba, llamó a Delfina. “Nos robaron el auto, se lo llevó otro”, le dijo. La joven, en un principio, creyó que se trataba de un chiste: “Pensé que me estaba haciendo una joda”.
Delfina fue hasta el lugar y, junto con su novio y el dueño del lavadero llamado “Lo de Sereno”, miraron las cámaras de seguridad. “Se ve a un hombre que se quedó mirando el auto, como observando la patente. Pagó el servicio, dijo que venía a buscarlo y se fue manejando”, señaló.
De acuerdo a lo que se puede ver en las imágenes, el delincuente actuó con naturalidad e ingresó al lavadero como cualquier cliente. “Tenía una gorra, pero no se le ve mucho la cara”, lamentó la víctima.
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“Después vino la Policía y fuimos todos a declarar: el dueño del lavadero, el empleado —que entregó el auto— y yo”, relató. El caso quedó radicado en la Comisaría 9 de Liniers, y las autoridades activaron el anillo digital de búsqueda con la patente del vehículo, aunque por ahora no hubo resultados.
A casi dos semanas, el auto sigue sin aparecer
Este sábado se cumplen dos semanas del robo y el Citroën C3 todavía no apareció. Delfina señaló que el lavadero “tuvo muy pocas precauciones” y que hasta el personal del lugar se mostró sorprendido.
“El empleado estaba muy angustiado, cayó en cuenta de lo que había pasado. Yo me puse a llorar, no podía parar”, recordó.
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Ahora el caso quedó en manos del seguro del Citroën y de un abogado que la asesora legalmente. “Tengo que esperar unos días más para ver si el auto aparece”, sostuvo Delfina, y reflexionó: “Es algo que uno hace siempre: deja la llave y confía. No te imaginás que te puede pasar esto”.