La Policía de la Ciudad allanó una casa que funcionaba como un “laboratorio artesanal” de drogas en Mataderos. La investigación empezó después de que arrestaran a un hombre con un morral repleto de un popurrí de drogas en el barrio La Carbonilla.
Tras requisar el domicilio del detenido, descubrieron en el patio una habitación que funcionaba como “laboratorio”, a la cual se ingresaba a través de una puerta falsa. En el interior encontraron gran cantidad de elementos que eran utilizados para la fabricación de drogas.
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Los efectivos secuestraron incubadoras, una caja tipo invernadero, procesadoras, batidoras, cajas de agujas, cajas de jeringas, cinco frascos con anabólicos, un frasco con hongos, sustrato para cultivo y bolsas con restos de tusi.
También se incautaron esencias aromatizantes, un bidón de alcohol de cereal, probetas, moldes de silicona, anteojos de luz ultravioleta con cargador, una balanza, semillas y sachets con polvo blanco.

“Un todo por dos pesos ambulante de droga”
La investigación empezó cuando personal de la Comisaría Vecinal 15 A visualizó a un hombre con actitud sospechosa. Llevaba un morral aferrado a su pecho y se subió a una Chevrolet Tracker conducida por otro hombre que lo estaba esperando.
La patente de la camioneta no era legible, por lo que los agentes le pidieron que frene. En ese momento, el hombre que iba en el asiento acompañante salió corriendo y descartó el morral, pero los efectivos lograron detenerlo. Al inspeccionar el contenido del bolso delante de testigos, advirtieron que llevaba lo que la Policía definió como “un todo por dos pesos ambulante de droga”.

En el morral tenía 226,8 gramos de hongos alucinógenos, 20,3 gr de tusi, la llamada cocaína rosa, 50 gr de marihuana (50 gramos), 34 gr de gomitas de tetrahidrocannabinol, 22,7 gr de pastillas de MDMA (éxtasis) y 0,3 gr de pastillas micro de LSD.
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El hombre que conducía la Tracker dijo ser un chofer de una aplicación de viajes. Los agentes verificaron su condición y confirmaron que era cierto y que la camioneta en la que circulaba estaba en orden, por lo que la fiscalía ordenó liberarlo de la situación.
Intervino en el caso la Unidad de Flagrancia Norte, a cargo del Dr. Vila, quién ordenó el secuestro de la droga y del celular del sujeto que terminó detenido. La causa quedó en manos del Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas nº 12, del Dr. Juan Manuel Neumann.