Julieta Silva, la mujer condenada por haber atropellado y matado a su novio en 2017, y que actualmente cumple prisión domiciliaria en Mendoza debido a una causa por violencia que le inició su actual marido, denunció ante los investigadores que sufrió extorsión, manipulación y hostigamiento psicológico. Además, en las próximas horas pedirá ser sobreseída.
Silva volvió a aparecer en el centro de la escena judicial a partir de la demanda iniciada por Lucas Giménez, con quien se casó y tuvo una hija que actualmente tiene dos años. Este martes, la mujer declaró ante el fiscal Fabricio Sidoti y, en un giro inesperado, aseguró que el hombre la presionó durante años y la amenazó con quitarle a la nena.
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Su abogado, Roberto Castillo, confirmó a TN una inminente presentación para pedir que quede sin efecto la prisión domiciliaria que pesa sobre su clienta “por atipicidad de los delitos que se le imputan”.
“No existen los elementos del tipo penal para constituir la imputación. Por eso, vamos a pedir el sobreseimiento”, explicó.
Castillo aseguró que, en su declaración, Silva hizo foco en que su esposo “intentó aprovecharse del estigma social que pesa sobre ella, y que buscó preconstituir prueba para los delitos que forman parte de la imputación”. Según agregó, la pareja “ya no venía bien y ellos se estaban separando”.
“Ellos se peleaban y él la grababa. Una vez discutieron porque él le sacó las llaves del auto, y ahí él la filmó y le decía: ‘¡No me pegues!’, cuando nada de eso estaba ocurriendo”, mencionó el defensor.
“(Giménez) dijo también que ella lo había encerrado. En la casa había cuatro puertas, dos estaban abiertas y una ni siquiera podía tener llave porque tiene un pasamanos. Figura en la pericia”, mencionó Castillo acerca de la denuncia por privación ilegítima de la libertad. Y agregó: “Sobre las lesiones, los policías aseguraron que no había ninguna”.
De acuerdo con el testimonio de Giménez, Silva lo golpeó y lo dejó encerrado en varias oportunidades en la casa donde convivían. En algunos casos, según relató el hombre, esta situación se extendió durante horas o, incluso, toda la noche.

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Los cargos que enfrenta Julieta Silva
La nueva causa que pesa sobre Silva se originó el 12 de julio pasado: ese día, Giménez denunció que Silva lo había golpeado en la cara durante una discusión. La acusación inicial fue por lesiones leves agravadas por el vínculo y desobediencia. A esas acusaciones se agregó, posteriormente, la de privación ilegítima de la libertad.
Silva fue finalmente detenida el 24 de julio. Dos semanas después, el 8 de agosto, el juez Claudio Daniel Gil le fue concedió la prisión preventiva con cumplimiento en su domicilio y tobillera electrónica, para que pudiera cuidar de su hija.
El fiscal Sidoti había pedido esta medida al considerar que existía riesgo de fuga y posible influencia sobre el testigo, ya que Silva habría violado las reglas de conducta impuestas en la causa. Entre ellas, no mantener contacto con el denunciante. Además, la Justicia advirtió sobre el riesgo para la integridad física del denunciante.
Silva está imputada por privación ilegítima de la libertad agravada por el vínculo en varios hechos independientes en concurso real, lesiones agravadas por el vínculo, amenazas y desobediencia.
La trama judicial sumó además la denuncia de la expareja de Giménez, quien en diciembre acusó a Silva de haberla amenazado a ella y a su hija.
En su testimonio, la mujer aseguró que Silva le dijo: “Yo te voy a comer el hígado y los riñones a vos y a tu hija. Las voy a dejar en la calle”.
Según la fiscalía, el 16 de julio, y pese a una orden de restricción, Silva volvió a contactarse tanto con Giménez como con la nena, lo que configuró el delito de desobediencia. En su declaración, la imputada también desmintió ese hecho y aseguró que fue Giménez quien la buscó a ella.

Atropelló y mató a su novio, pero siempre dijo que fue sin querer
La madrugada del 9 de septiembre de 2017, a la salida de un boliche en San Rafael, Julieta Silva atropelló y mató con su auto a Genaro Fortunato, de 25 años y -por entonces- su novio.
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Aunque la fiscalía y la querella sostuvieron que fue un acto intencional, la Justicia la condenó por homicidio culposo, figura que descarta intención de matar, y le otorgó prisión domiciliaria por ser madre de dos menores. El fallo generó una fuerte polémica social en Mendoza.
Silva cumplió esa pena, rehízo su vida y se casó con Giménez. Hoy, vuelve a enfrentar acusaciones graves que podrían derivar en una nueva condena.